Guillermo Roz. Escritor

"Creo que el futuro de la novela en formato digital adoptará maneras innovadoras"

  • El narrador recoge esta mañana en CajaGranada el I Premio Francisco de Narrativa Ayala por 'Les ruego que me odien', una novela que se publicará íntegramente en formato digital

-¿Cambia la forma la forma de escribir una novela cuando se va a publicar en digital?

-Bueno, yo escribí la novela hace un par de años y luego surgió la posibilidad de presentarla a este premio, pero de haberlo sabido tampoco hubiese cambiado nada. Creo que en el futuro la novela en formato digital adoptará maneras novedosas e innovadoras, pero en mi caso yo soy un escritor clásico. Escribo novelas de lo que se me ocurre sin ningún tipo de concesión, ni de límite. Me da igual escribir novela en formato digital que en una piedra, en un grafiti o en el cielo... Yo escribo historias sin pensar en la tecnología.

-Pero este soporte dará pie en el futuro a juegos metaliterarios, juegos con nuevas formas de concebir la novela...

-Sí, la tecnología tiene muchas ventajas y esta del e-book tiene varias muy claras, como el precio, el almacenamiento o el espacio. Lo que ocurre es que creo que los escritores no estamos muy interesados en el asunto. El escritor no piensa en formatos, sino en historias. Lo demás forma parte del mercado. Tengo la posibilidad de escribir así, y publico. Si me piden que escriba sobre un autobús, haré un poema. Aunque, eso sí, creo que esta forma es tan válida como cualquiera.

-Y los lectores ¿son reticentes a los libros digitales?

-Bueno, con los e-book pasa igual que cuando empezaron a circular los primeros correos electrónicos. El tiempo dirá como avanzan, pero creo que así como leemos en papel y en digital los diarios, igual pasará con los libros. Lo importante es que los dos formatos conservan la palabra: la literatura, las historias, la comunicación, el arte. Es la posibilidad de tener más de todo ello.

-Y la eterna e inevitable pregunta: ¿desaparecerá el papel?

-Igual dentro de 1.800 años o 5.500 años, pero nosotros no lo veremos. El papel sí perderá su preponderancia y no sólo ante el peso de la pantalla digital, también aparecerán otros formatos que vendrán con nuestros hijos o nuestros nietos.

-El final de la novela es un poco truculento, pero usted afirma que es novela oscura, pero no novela negra.

-Es que yo no soy un escritor de género, soy un escritor de novelas que intentan conmover, de registrar un paisaje humano donde la infidelidad y la tragedia forman parte de un thriller. La gran diferencia de esta novela con las otras es sólo que hay un secreto que se desvela en las últimas páginas y viene de la mano de emociones violentas, de un triángulo amoroso que empieza a enloquecer.

-Fernando Marías dijo en la presentación en Madrid que esta novela tenía mucho de película de Polanski y de Haneke.

-Es que tiene mucho de terror, de suspense pero a veces edulcorado con un romance que va hasta el límite. Pero nunca es un romance normal porque la novela empieza con el acuerdo de dos familias de clase alta que van a casar a sus hijos. Eso enrarece el ambiente de toda la novela.

-Pero una boda pactada es un anacronismo.

-Sí, porque la novela está escrita en un siglo XX avanzado, pero eso me permite que las descripciones de los personajes y de sus familias, lleguen a ciertas exageraciones, a la caricatura y a lo grotesco. También adoptar un tono tragicómico que a mi me resulta muy cómico. A partir de ahí, todo lo que se inicia almidonadamente se empieza a resquebrajar: detrás de esos cuerpos almidonados aparecen las verdaderas almas.

-Tiene algún referente literario en ese tono tragicómico.

-Muchos. Julio Cortázar refiere que escuchó en medio de un velatorio: "Qué risa, todos lloraban". A mi eso me parece iluminador, como la risa y el llanto se pueden aunar porque la circunstancia es cómica, trágica o las dos cosas. Pero mi lugar de escritor es el del que le interesa la oscuridad del alma humana.

-Fernando Marías también señaló lo bien guardado que está ese secreto final, porque nadie lo espera.

-El mejor piropo para mi es: "Te juro que no me esperaba que pasase eso". Me interesa despistar al lector porque no hay camino más seguro para la conmoción en la lectura que el giro repentino, que el golpe de efecto dentro de unas posibilidades ciertas.

-Como la película de un paisano suyo, Campanella, 'El secreto de sus ojos'.

-Sí, tengo un parentesco. Sé que Campanella lo usa y en esta película está más claro. Emparentar la novela con esa película tiene su lógica porque hay amor, desamor, tiempos, odios, rencores y un final asombroso... pero no sé si hay una línea más o menos general en Argentina.

-Está afincado en España desde hace una década. ¿Cuál era su relación con este país?

-En Argentina hace una década España era la meca en el ámbito cultural, o por lo menos literario. Me quedé muerto de amor en una visita a la Biblioteca Nacional y ahí me di cuenta que quería tener la posibilidad de que Granada me quedara a 500 kilómetros.

-Precisamente esta semana se ha fallado el premio Alhambra de Poesía destinado a dos poetas hispanos. ¿Cree que hay una vinculación especial de esta ciudad con Hispanoamérica?

-Yo te diría que toda Andalucía, aunque Granada es la ciudad que más conozco después de Madrid. Me siento muy cómodo en ella y tengo bastantes amigos. Que me entregen el premio en esta ciudad es de una felicidad inmensa, y más porque tiene el aura de una figura mágica como Ayala.

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