Las verdades y la mentiras, moldeables en la memoria como la plastilina, son el material utilizado por Ángeles Mora para construir Ficciones para una autobiografía (Bartleby Ediciones). "La poesía me ayuda a vivir, a veces simplemente a sobrevivir. Yo creo que cada uno escribe únicamente su propio libro, el libro de su vida", sostiene la autora que ayer presentó sus nuevos poemas acompañada de Juan Carlos Rodríguez y Miguel Rico.

-Ha tardado siete años en publicar un nuevo poemario desde 'Bajo la alfombra', de 2008. En este espacio de tiempo han cambiado muchas cosas en la percepción de la sociedad, ¿o no?

-Si el mundo ha cambiado en siete años es para peor, porque el mercado capitalista está consiguiendo agotarnos, llevar al mundo a un callejón sin salida. En esa lógica del mercado yo no entro. ¿Debería cambiar cada año de libro y de estilo, como si fuera una moda? Nunca he tenido prisa en publicar. Escribo un poema cuando me lo pide el cuerpo, cuando lo necesito.

-¿Todo intento de hacer una autobiografía es una ficción?

-Sí, toda autobiografía es una ficción. Y toda ficción es autobiográfica, podríamos decir. Sólo se escribe de lo que uno de algún modo ha incorporado a su vida. Pero el hecho es que al volcarse en lo ficticio, se transforma en otra cosa. En mi libro las ficciones tratan de ir encontrando verdades o alguna verdad, la verdad que produce el poema. Pero también es al revés, las verdades que uno cree poseer, las verdades que guardamos, acaban siendo también ficciones que crean su propia verdad nueva. Así es la literatura: verdadera y mentirosa. Pero de todo esto, la mentira verdadera de la ficción, ya se ha hablado mucho y Pessoa lo explicaba muy bien en un poema clásico.

-La memoria es el refugio del ahora mismo aunque, en un ataque de optimismo, ¿se puede gritar eso de cualquier tiempo pasado fue peor?

-La memoria nos construye continuamente, la memoria del presente y la memoria del pasado. Claro que también nos construye con sus mentiras, sus lapsus engañosos, sus olvidos: el olvido es otra forma de dar sentido a la vida. Hace tiempo escribí un libro que se titulaba La canción del olvido, que fue un libro de ruptura e iniciación. La memoria sin duda es un lugar para la reflexión. Un poema es un lugar de la memoria, también el cuerpo tiene su memoria que se inscribe en el poema. En La canción del olvido comenzaron mis reivindicaciones feministas. En Ficciones para una autobiografía también están presentes, sobre todo en las dos primeras partes del libro. En cuanto a si el tiempo pasado fue mejor o peor… cuestión de perspectiva, ¿no? Biológicamente, claro que el tiempo no fue peor, porque el cuerpo te respondía mejor, etc. Psíquicamente, sin duda, el tiempo te sigue mintiendo: siempre lo hace. Históricamente, lo hemos perdido…

-¿La memoria colectiva es una utopía?

-En la memoria colectiva de la humanidad, así, en abstracto, no creo. Pero históricamente, en la historia real, claro que existe memoria colectiva. Por ejemplo, las heridas terribles que el capitalismo fascista dejó en España en la Guerra Civil.

-¿Cómo mezcla el mundo de hoy y el de ayer?

-Mi libro no es una autobiografía y mucho menos una autobiografía literal, de ayer a hoy. Hay un conjunto de Ficciones que, como en Borges, sí se pueden leer biográficamente si se quiere y se sabe hacerlo. Es decir, teniendo en cuenta todo lo que he mencionado al principio. El ayer y el hoy se mezclan continuamente en nuestra vida.

-Se avecinan unas elecciones municipales, ¿es una de las pocas mentes clarividentes que saben qué programa cultural tienen para la ciudad los distintos partidos políticos?

-¡Solo faltaría que la poesía fuera programada! Pero, contestándole: programas culturales debe haber por ahí… seguramente. Aunque ahora que la Unesco ha nombrado a Granada Ciudad Mundial de la Literatura ya no habrá más excusas para ponernos manos a la obra y dinamizar nuestra cultura: el Centro Lorca va a tener mucho que decir, creo, pero también otros organismos. Aunque si el sacrosanto mercado sigue imponiendo su ruina… ¿Qué hacer?

-En este sentido, en Granada hay siempre una tensión la tradición y la modernidad. ¿Por qué no pueden convivir en armonía?

-Eso de tierra soñada es una canción de Agustín Lara. Pero se podrían hacer muchas cosas entre todos.

-En los últimos años ha dedicado sus esfuerzos al ciclo 'Memoria joven'. ¿La intención es crear un espacio intergeneracional en torno a la poesía además de dar un espacio a los jóvenes creadores?

-Principalmente la intención del ciclo Memoria Joven. Encuentros [que se desarrolla en la Mediateca Francisco Ayala y que coordino junto con Antonia Ortega Urbano] es dar un espacio a los jóvenes creadores. Los artistas invitados son valores emergentes dentro de nuestro entramado artístico, algunos con una más larga trayectoria, todos con una reconocida y prometedora obra en marcha. Se busca el encuentro deliberado, el contacto y diálogo entre dos experiencias artísticas diferentes. Es un ciclo que afortunadamente se prolonga en el tiempo. Comenzó en el año 2010 y cada año se consolida más.