Juan Moya. Arquitecto

"El capital de los mercados encendió un motor que nadie supo cómo parar"

  • El granadino recibe la medalla de Oro del Foro Europa 2001 en reconocimiento a su trayectoria profesional. La entrega tendrá lugar el próximo 25 de septiembre en Madrid.

En 1996, José Luis Salaverria fundó el Fondo Europa 2001 con la intención de propiciar encuentros que sirviesen para el intercambio de conocimientos e ideas, en la política, la cultura y las empresas. A día de hoy, se ha convertido en uno de los principales foros de debate a nivel europeo. Desde su nacimiento, esta institución otorga las medallas de Oro del Foro Europa 2001 a ciertas personalidades dentro de los ámbitos antes mencionados. El arquitecto granadino Juan Moya es el último agraciado.

-¿Qué siente al recibir un premio que han ganado personalidades como la periodista Teresa Viejo o el político Alberto Fernández Díaz?

-Siento una mayor motivación para seguir trabajando en esta profesión, porque creo que no podemos abandonar esta lucha constante para mejorar la calidad de vida de las personas en nuestras ciudades.

-Ha recibido también otras condecoraciones como el premio Javier Morales de la Fundación Hercesa o, a nivel europeo, el Europan12, ¿sigue haciendo ilusión recibir premios?

-Los premios son grandes estímulos que ayudan a perseverar en objetivos y retos cada vez más difíciles, sobre todo en profesiones tan duras y de tanta responsabilidad como la de arquitecto.

-¿Cómo definiría su estilo a la hora de diseñar?

-Los estilos o marcas creo que son un gran enemigo de la libertad creativa, y esto aminora muchísimo la capacidad de respuesta del proyecto arquitectónico hacia los problemas urbanos y el entorno donde se implanta.

-¿Cómo se vivió el 'boom' de la burbuja inmobiliaria desde el lado de los arquitectos?

-Tengo que reconocer que todo iba demasiado deprisa. Era una etapa frenética y estresante donde a los proyectos no se les podía dedicar el tiempo que merecían. El capital de los mercados encendió un motor de tal potencia que nadie supo cómo parar hasta que se agotó el combustible.

-Es el coordinador del proyecto Laboratorio de Innovación Arquitectónica (LabIA), ¿en qué consiste exactamente?

-Es una plataforma abierta online en la que los proyectos de arquitectura se elaboran de una forma colaborativa entre profesionales de muchos ámbitos, y donde la sociedad puede interactuar en los procesos de elaboración manifestando opiniones, ideas o inquietudes.

-Llama la atención su página web. Está completamente en blanco, con una pequeña inscripción en la que se lee: "El hecho de que no pueda verlo, no implica su inexistencia ni su ausencia. Mirar hacia lo que todo el mundo mira, y hacerle ver lo que nadie ve, es el motivo que nos lleva a saltar sobre su ceguera y a convertir esta página en blanco en un lugar de encuentro de aquello que desconoce y desea". ¿A qué se debe esto?

-Una página en blanco manifiesta el símbolo de oportunidades que nos debe brindar el arquitecto y la arquitectura. Es un espacio pendiente de escribir, donde el arquitecto debe dilucidar aquello que la sociedad mira, pero no ve con claridad, y en segundo lugar, ofrecer una oportunidad de encuentro, entre la sociedad y su cultura, sus deseos y la obra arquitectónica.

-Siguiendo con el tema tecnológico, en su blog escribió un artículo cuestionando las supuestas ventajas de las 'smart-cities' ¿debemos entender que es un arquitecto más conservador en este sentido?

-Todo lo contrario. Lo que sí cuestiono es que la verdadera inteligencia de una ciudad ('smart-cities') pueda residir en máquinas o artefactos. Son modelos de ciudad exclusivamente tecnificados, que están siendo auspiciados por campañas de marketing de grandes marcas de tecnología donde la vida de las personas tienen un papel totalmente secundario. La verdadera inteligencia de la ciudad reside en las personas, son los únicos agentes capaces de engranar un conocimiento colectivo y de tomar decisiones para lograr una ciudad avanzada y moderna.

-También en su blog encontramos un artículo sobre un escritor al que un librero le modifica su obra hasta convertirla en otra cosa completamente distinta, ¿ve usted la profesión de arquitecto como la de ese escritor?

-No exactamente. Es una especie de fábula comparativa que venía a promover un espíritu más crítico y activo del arquitecto (escritor) hacia el marco legislativo que estaba construyendo la administración pública (librero) en torno a nuestra profesión, tanto en el plan educativo, titulación y competencias profesionales.

-Mike Davis, en Ciudad de cuarzo, critica la deshumanización de ciudades como Los Ángeles debido a la excesiva construcción. ¿Es posible construir edificios a ciertos niveles, sin perjudicar a los seres vivos que viven en esas zonas?

-Hay fórmulas urbanas de equilibrio que pueden favorecer la coexistencia de ecosistemas naturales y humanos de forma sostenible. No obstante, parte del riesgo de desequilibrio reside en normativas mal reflexionadas respecto a su posible uso, como es el caso del futuro del suelo donde se han producido incendios forestales.

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