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Y de repente... la magia

  • El Teatro Isabel la Católica acoge esta tarde la gala internacional 'Palabras mágicas' del Hocus Pocus, con la presencia de David Kaplan

Los magos que hoy saldrán hasta dos veces al escenario del Isabel la Católica en la penúltima jornada del Hocus Pocus estaban ayer en la sala La Expositiva en las jornadas profesionales, dando y escuchando conferencias, además de compartir trucos y confidencias en los corrillos. Al fondo, un baúl con todos los utensilios necesarios para subirse al escenario, y en el ambiente una camaradería sin límites. Entre ellos está Alexis Díaz- Pimienta, un "intruso" en este festival porque lo suyo es hacer magia con las palabras. Entre magos que cortan a la gente por la mitad, el repentista cubano actuará al final como "resumidor" de toda la gala y contará en verso todo lo que pase sobre el escenario. Después será la víctima propiciatoria del público, que elegirá las palabras con las que a continuación tendrá que improvisar sobre la marcha, una palabra cualquiera, la primera que se le ocurra, "sin trucos y sin mangas". Así que, a bote pronto, se le pide que improvise sobre magia. Al segundo responde: "Me pregunta por magia, y tengo una hemorragia de luz que nadie mitiga, y como a cantar se me obliga, un mago yo puedo ser a esta hora del amanecer, con el frío de Granada, ya no se me ocurre nada para poder convencer". Díaz-Pimienta tiene una cátedra de improvisación en la Universidad de La Habana, ha dirigido centros en México, Colombia y en la misma Alpujarra, donde fundó la primera escuela de trovos. Lo suyo es un ejercicio fantástico para la memoria, así que es presumible que no tenga problemas para recordar donde dejó las llaves del coche... "Todo lo que sea lingüístico no se me olvida, aunque lo mundanal es otra cosa, el repentismo en como un gimnasio mental", señala entre el bullicio mágico de La Expositiva.

A su lado está uno de los magos 'convencionales' que participarán en la gran gala internacional Palabras mágicas. Se trata de David Kaplan, considerado como uno de los mejores ilusionistas cómicos del mundo. ¿Cambiará algo en su espectáculo algo para adaptarse al humor español? "Es universal, pero hay cosas que son específicas para ciertas culturas, dependiendo de las referencias de cada persona", responde. En el caso de España, Kaplan recurre al típico humor del slapstick. "Sentarte en una silla y caerte es algo que hace gracia en todo el mundo, mi estilo es el de las películas mudas, Buster Keaton, Jacques Tati, Charles Chaplin...", enumera pronunciando el nombre del autor de Candilejas con un especial mimo, con el tono que se usa en las declaraciones de amor. "Pero si tengo que contar la historia de alguien de Ohio que es muy gracioso lo hago en Estados Unidos, no en España", continúa el ilusionista que ha llegado a Granada acompañado de una 'reliquia' familiar, el ukelele que fabricó su propio tatarabuelo. Lo tocará en directo pese a que es un instrumento más que centenario y se ha arriesgado a embarcarlo en un avión, aunque su pérdida sería casi un "drama" para el estadounidense, que por otro lado tiene en gran estima a sus colegas españoles. "Tienen mucho conocimiento, es gente muy preparada y me encanta venir aquí porque los magos no se limitan a los trucos, tienen mucho interés en cómo crear un personaje".

En la gala también Maxime Minerbe, Morten Jespersen, Piñaki Gómez, Alexander o el propio MagoMigue, director del Hocus Pocus. También aparecerá en el escenario el glamour de Mag Marín, un ilusionista que hace magia al estilo Broadway, con una puesta en escena de musical, muy vistosa. "Haremos un par de números en los que se corta a la chica por la mitad y luego vuela por el aire, esas mandangas que hacemos los magos", señala. Claro, no hay presupuesto para hacerse acompañar de veinte pin ups, "pero será igual de espectacular".

Completa el cartel el peruano Bruno Tarnecci, que combina magia, clown y circo como artes para jugar y comunicar. Llega con su propuesta Ático, un "espacio muy íntimo lleno de recuerdos" y un espectáculo de diez minutos "que gira en torno a los libros", comenta con un voluminoso tomo de Los viajes de Gulliver en la mano, un libro que guarda una sorpresa porque en realidad es una caja que esconde una baraja y otros elementos esenciales para un mago. Al lado tiene una tablet. "En el espectáculo hago que desaparezcan los iPads y quiero que los libros cobren vida, por lo que se desplazan por el ático, lanzan fuego, agua...". El protagonista busca respuestas en los libros, no todas son buenas, claro, igual que hay libros malos, y se encuentra en situaciones de todo tipo. "Es la reivindicación del libro como un objeto físico, que tiene un olor, un peso, un tacto... Un iPad no lo tiene, tiene un ciclo de vida, se le acaba la batería, pero los libros siempre estarán hay", concluye.

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