Actual

Todo menos ñoño

  • Pocoyó, Pato, Elly, Pajaroto y Lula son los protagonistas de la popular serie que tiene algo de manga y algo de surrealismo

Pocoyó es un poco de todo. Una mezcla de Buñuel, manga y la fantasía típica de los niños que no han cumplido cinco y que son capaces de hablarle a una mesa. Pocoyo es, sobre todo, mucha libertad. "Cuando me propusieron hacer los dibujos sólo tenía clara una cosa: no queríamos hacer algo muy ñoño ni subestimar a los niños". Su creador y director, Guillermo García Carsí, contó ayer en Granada cómo surgió la serie. El secreto, "su naturalidad, lo impredecible que es y su autenticidad. Todos los personajes tienen una personalidad muy marcada e incluso hay cosas que pueden chocarle a la gente", como explica García Carsí.

"El título se nos ocurrió cuando la hija de David -cocreador de la serie- rezaba 'Jesusito de mi vida, tú eres niño poco yo". La mascota de Pocoyó, Lula, es un homenaje al perro Lucas de Guillermo, "pero le tuvimos que cambiar el sexo y llamarle Lula porque nos obligaban a que un porcentaje de personajes fueran masculinos y otro femeninos". Pato debía ser el contrapunto de Pocoyó y por eso el dibujo es como un palo, "más duro y estático".

El animador prefiere el humor visual propio de los años noventa, con personajes como Rey y Stimpy o las Supernenas, "que supone una vuelta de tuerca a todo lo que se hacía hasta entonces", pero también Doctor Slump o la Pantera Rosa. "Son personajes que no tienen miedo, que no tienen vergüenza y con mucho carácter. Las Supernenas, por ejemplo, tienen aspecto agradable y casi icónico pero sin embargo tienen mucha fuerza".

La serie también es bastante icónica, porque lo importante "era centrarnos en lo que estaba pasando, facilitar la lectura de la imagen". De ahí el fondo blanco que pertenecía a la primera fase del diseño, cuando estaban probando los dibujos. "Luego me recordó a una miniserie que se emitía en La bola de cristal donde los protagonsitas eran dos bolas de plastilina sobre un fondo blanco".

Pocoyó es un personaje feliz por encima de todo, que puede saltar y moverse como nadie. Él podría ser el perfecto amigo imaginario de esos que inventan los niños cuando viven a medio camino entre la fantasía y la realidad. "A esa edad, viven como en otro planeta, y tienen mucho del superrealismo que no distingue los sueños de la verdad".

García Carsí terminó con la serie hace un año y medio y después de más de cien capítulos. "Trabajos como Pocoyó demuestran que se pueden hacer cosas comerciales y de calidad en el mundo de la animación".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios