HACE ya tiempo que algunos de los indultos que se conceden desde la mesa del Consejo de Ministros son claros insultos a la sociedad.

Hay una inquietante sensación de que los indultos son para algunos elegidos, en función de quienes los defiendan y del acceso de estos al Consejo de Ministros. Banqueros, poderosos o como ahora, un guardia civil hijo de un concejal del PP.

Un guardia civil que omitió el deber de socorro y contribuyó a un delito de abuso sexual grabándolo y mofándose.

No puede existir otra sensación al respecto, sino que este último indulto es otro insulto. Un insulto para la dignidad de las mujeres, para la de todos los españoles y para la del propio cuerpo de la Guardia Civil.

Mientras tanto, y como contraste, en Granada se pide un indulto que no llega para Carlos Cano y María del Carmen Bajo, que fueron condenados a tres años de prisión por el Juzgado de lo Penal número 1 de la capital, el cual consideró probado que ambos formaban parte de un piquete de los llamados informativos en la huelga del 29 de marzo de 2012.

Se concede un indulto a un guardia civil condenado por un acto obsceno y contrario a sus obligaciones de servidor público, y esta decisión se convierte en un nuevo insulto a la sociedad. Por el contrario, se cuestiona un indulto que muchos pedimos, y que aún no se concede, para dos ciudadanos cuya condena injusta les parte la vida en dos.

Sería muy interesante que estos hechos cimentaran un debate social que contribuyera a que en España nunca más se concedieran indultos insultantes. Que sólo se concedieran indultos para reparar situaciones de clara injusticia ya que solo así serían entendidos y aceptados por el conjunto de la sociedad.

Creo que es de urgencia vital para la convivencia, asegurar que la justicia y el ejercicio de gracia dejen de ser consideradas como una utopía no conseguida en nuestra democracia.

Urge fortalecer la democracia a través de reformar nuestra justicia y nuestro modelo de decretar indultos.

En esa línea, aprovecho para reivindicar públicamente el indulto para Carlos y Mari Carmen.