Quosque tamdem

luis Chacón

Alcaldes de abril

LA historia está llena de paralelismos. Momentos históricos distintos, con actores y espectadores diferentes, pero que desprenden cierto aroma a déjà vu.

El 12 de abril de 1931 se celebraron las municipales más determinantes de nuestra historia. El triunfo claro -más de la mitad de los ochenta mil concejales electos- fue para el gobierno y en definitiva, para el viejo régimen turnista que se quería apuntalar. Pero sólo dos días después caía la monarquía. El almirante Aznar, presidente del Consejo, admitió con estupor: "España se acostó monárquica y se ha levantado republicana". Claro que si recordamos que la mitad de los concejales monárquicos lo fueron por el artículo 29 que establecía la proclamación automática de todo candidato que no tuviera contrincantes en su distrito y que en cambio, en la inmensa mayoría de capitales de provincia y grandes poblaciones donde los caciques tenían menos influencia, el triunfo de la oposición al régimen fue incontestable, el desenlace no resulta nada sorpresivo.

El próximo domingo y salvando las distancias, estaremos ante un escenario similar. España es muy distinta: el rey no ha apoyado una dictadura zarzuelera, ni ha impuesto jefes de gobierno a su antojo; ni el turnismo de PP y PSOE se basa en el pucherazo, la manipulación del censo y las legiones de lázaros, que así llamaban a los muertos que votaban. Tampoco el caciquismo es una lacra tan extendida aunque aún surjan escandalosos casos de redes clientelares y votos comprados o alquilados al mejor postor, a lo largo y ancho de la geografía patria.

Pero el paralelismo existe. El resultado de estas elecciones nos dirá si el bipartidismo del último tercio de siglo agoniza o sólo es un moribundo que goza de buena salud. Los partidos emergentes no han tenido tiempo material de presentar candidaturas en los ocho mil municipios españoles, algo mucho más sencillo para los dos pilares del sistema. Además, el número de concejales nunca es una imagen fiel del posicionamiento político del país ni es un voto de gobierno. Así que es probable que las elecciones del domingo las gane el bipartidismo por goleada de concejales pero habrá que analizar detalladamente el voto para poder colegir si antes de final de año, cuando se escruten las urnas de las generales, alguien tendrá que decir que nos acostamos bipartidistas y nos levantamos con un parlamento a la italiana, fragmentado y pluripartidista.

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