LAS campanas mejor calladas, pese a los vientos de recuperación. Que hay síntomas de haber mejorado tras lo más crítico de la recesión es radicalmente cierto. Tan verdadero como que hay muchos problemas estructurales que hacen pensar en una mejoría artificial como ayer la definió el catedrático Miguel González. Unos parches que se caen cuando se destapa la realidad de un mercado laboral marcado precario y sin relevo. No está de más alegrarse porque estemos mejor que hace cuatro años, pero sin ponernos vendas en los ojos.

NOTICIAS como la de una agresión a una maestra de Infantil en Pulianas revelan que esta sociedad desanda lo andado a gran velocidad. Hechos así necesitan de un debate profundo sobre el estado de la Educación en España, del que por supuesto no se pueden excluir los protagonistas.