CASI mes y medio después de que el consejero de Presidencia, Antonio Ávila, asumiera la responsabilidad de conducir la celebración de los mil años de la fundación del Reino de Granada nada ha acontecido que haya cambiado la opinión negativa o indiferente que la mayoría de los granadinos tiene de la efemérides. Los esfuerzos de la Junta por convencer a una personalidad de Granada para tirar del carro han sido infructuosos. No ha encontrado a nadie dispuesto a asumir semejante riesgo sin una financiación a la altura de las circunstancias. Mientras tanto van pasando los días sin que los inventores del Milenio logren tapar el hueco dejado por David Aguilar. El año 2013 cada vez está más cerca pero el Milenio sigue siendo una incógnita, salvo los esbozos dejados en herencia por Aguilar y para los cuales él mismo no logró la financiación adecuada. Bien haría la Junta en liquidar el Milenio si realmente no hay nada detrás. El destino del humo es la volatización.

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