Provincia

Los ecologistas achacan la riada a los incendios y movimientos de tierra

  • El grupo Buxus asegura que la transformación del medio debido a la actividad humana ha motivado las fuertes inundaciones

Los daños ocurridos en Calahonda recientemente por las lluvias torrenciales, según un informe elaborado por la asociación ecologista Buxus, han sido causados por una mezcla de circunstancias que tienen que ver directamente con el uso y la transformación del medio natural por la actividad humana.

Entre ellas, se encuentran los incendios "que continuadamente están afectando a la zona (el último hace unos meses) y que suman más de 20 en los últimos 5 años, cuya consecuencia ha sido dejar desprotegida la zona alta de la cuenca". También figuran transformaciones agrícolas, "que han afectado al curso medio del cauce y que aunque en esta ocasión no parecen haber sido la causa principal, han colaborado en la aportación de sedimento". Además, en el informe se cita que se ha producido una "ocupación del cauce, especialmente en el tramo bajo de la cuenca, apenas unos cientos de metros antes de la población de Calahonda y en el punto de contacto de tres barrancos, que ha desviado la trayectoria de la corriente y ha aportado una parte significativa del sedimento". Por último, entre las causas se encuentra el "embovedamiento insuficiente y la ocupación urbana del lecho del cauce".

Buxus alerta de que para evitar situaciones similares, que tantas pérdidas han ocasionado a invernaderos y viviendas, "se hace imprescindible la reforestación de la zona afectada por los incendios y el desarrollo de programas de educación y sensibilización en las poblaciones aledañas sobre la importancia de preservar la vegetación y luchar contra el uso del fuego en el monte, tal como ha solicitado esta asociación en numerosas ocasiones".

Los ecologistas también aconsejan que "las actuaciones de transformación agraria y los movimientos de tierra realizados deben de vigilarse pormenorizadamente, garantizando que estas no rompen la pendiente de las laderas y que disponen de sistemas adecuados de evacuación de aguas".

Además, según la asociación, "no deben autorizarse nuevos cambios de usos del suelo, desde monte a agrario o cualquier otro, preservando el monte bajo existente, que es la mejor garantía de lucha contra las inundaciones debido a su capacidad para evitar la erosión y disipación de la energía en el impacto de las gotas de lluvia. No olvidemos que nos encontramos dentro de una zona declarada como Lugar de Importancia Comunitaria por las especies vegetales presentes en ella y que sin embargo se están realizando actuaciones de transformación incompatibles con esta declaración".

Otras medidas, como la recuperación del trazado original del cauce, "deslindándolo y eliminando las construcciones y aterrazamientos que actualmente lo ocupan", "la apertura del embovedamiento" y la protección de "las márgenes de los cauces naturales con escollera en las zonas más débiles y por tanto susceptibles de ser erosionadas" podrían evitar estos daños en el futuro.

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