Cuando llega la Semana Santa, no solo la ciudad de Guadix la vive con fervor sino que persisten multitud de tradiciones en la comarca accitana. Entre ellas, nos queremos fijar, principalmente, en los bandereros de Jérez del Marquesado. En la conocida como fiesta de la bandera, desde el Jueves Santo hasta el Sábado de Gloria se pide el donativo. La fiesta de los bandereros se celebra el Sábado Santo por la noche en el chiringuito de la bandera. Hay que conseguir la bandera antes y la forma de hacerlo es saltando la barra del chiringuito, lo que se consigue cuando cuatro amigos logran quedarse dentro de la barra con los antiguos bandereros y éstos les ceden la bandera pidiendo un padrino para bautizar la bandera con anís.

Es una fiesta muy bonita porque todo el pueblo ayuda a los bandereros a pagar los gastos de la misma con los donativos recibiendo a cambio anís, vino, un cigarro, un puro o lo más apreciado, un trozo de la vara que llevan durante toda la Semana Santa recorriendo el pueblo.

Otra tradición de esta noche es que los mozos para pretender a las chicas que les gustan les ponen ramas de olivo en sus ventanas con el fin de conquistarlas.

El Domingo de Resurrección se celebra la misa y procesión donde se sacan a la Virgen y al Niño Jesús cada uno por un recorrido diferente para encontrarse en la Plaza de la Constitución. A la Virgen la llevan en hombros los bandereros que salen y al Niño, los bandereros que entran. Al finalizar el acto religioso, los bandereros invitan a un refresco a todo el pueblo.

Según cuenta el alcalde de la localidad, Antonio Gámez, "la tradición consiste en que el Domingo de Ramos quitan la bandera que se pone en la puerta principal de la iglesia y durante la Semana Santa ellos van repartiendo tabaco a la gente o chicles ahora que no se fuma. Y la gente te va correspondiendo con cinco o diez euros depende de la amistad que tengas con la persona. Con el dinero que se recauda, se da una pequeña comida al pueblo en el salón parroquial y los cohetes del Domingo los ponen ellos". Normalmente, Gámez dice que la tradición marca que "los bandereros sean voluntarios jóvenes solteros y el Domingo de Pascua, en la noche del Sábado, de madrugada, se cuelga la bandera cuando ya han salido un relevo de personas para continuar la fiesta el año siguiente".