Sociedad

La Iglesia belga desata la ira de los enfermos de sida

  • El arzobispo André-Joseph Leónard que califica en un libro al sida como "una especie de justicia natural" contra los homosexuales "por violar las reglas" se defiende alegando que sus palabras fueron "mal entendidas".

"Inaceptable", "indigno" o "escandaloso". Cualquiera de estos tres epítetos, utilizados por la prensa belga, resumen el estado de ánimo en el país, después de que el jefe de la Iglesia católica belga, monseñor André-Joseph Leónard, calificara en un libro al sida como "una especie de justicia natural" contra los homosexuales por haber "violado las reglas". La curia belga emitió un comunicado urgente en el cual, a pesar de la lluvia de críticas que cae sobre el purpurado, expresa "su total apoyo" a André-Joseph Leónard y, por extensión, da a entender que la cúpula católica del país suscribe las opiniones vertidas en el libro, que habla sobre la carrera del religioso.

Boris Cruyssart, portavoz de Sensoa, una de las principales asociaciones de defensa de los enfermos de sida en Bélgica, aseguró que las declaraciones de Leónard son "inadmisibles". "Cuando alguien afirma que el sida es una especie de justicia natural por los pecados cometidos, la enfermedad es criminalizada de una manera intolerable y vergonzosa". En el mismo tono reaccionó la prensa. "Leónard fustiga a los sidosos", afirma el periódico Le Soir. "Es inadmisible", comenta La Libre Belgique. Mientras, la edición digital del rotativo De Standaard se hace eco de las reacciones de varios partidos políticos, entre ellos los liberales del Open-VLD, los Verdes o los socialistas flamencos del SP.A, que califican esas declaraciones de "ofensivas".

"La epidemia de sida es una especie de justicia inmanente. Cuando el amor humano se pervierte, al final, éste se acaba vengando", afirma el religioso en el libro Conversaciones con el arzobispo Léonard, que se publicó, en su versión original francesa, en 2006, y que el jueves salió a la venta en Flandes, la comunidad del norte de Bélgica, en medio de un gran revuelo. Lo grave de la situación, afirma la prensa flamenca, es que cuatro años después del escándalo que provocaron esas declaraciones en su primera versión en francés, el ahora máximo responsable de la Iglesia católica belga no se ha retractado ni ha cambiado "ni un punto ni una coma", según afirma el periódico flamenco De Morgen, cercano al partido socialista.

En la primera versión del libro, con una tirada de 3.000 ejemplares, Leónard, entonces obispo de Namur, aseguraba que el sida no es un castigo divino, sino una especie de "justicia inmanente", por haber dañado el "equilibrio natural de las cosas". La enfermedad es, en su opinión, una especie de "venganza de la naturaleza" por haber "mantenido relaciones sexuales de alto riesgo fuera del matrimonio", explicaba el religioso. El periodista que entrevistó al actual jefe de la Iglesia belga para la primera versión del libro, Louis Mathoux, asegura al periódico Le Soir que, en efecto, André-Joseph Leónard "sigue culpabilizando a los enfermos de sida".

El portavoz del religioso explicó que intentó convencerle de que, para la nueva versión (en holandés) del polémico libro, se cambiaran o eliminaran los pasajes más delicados, entre ellos sobre el sida o el aborto. En un programa de la radio pública flamenca VRT, el portavoz del jefe de la Iglesia belga, Jürgen Mettepenningen, afirma que advirtió a Leónard de que debía modificar el texto, aunque él no quiso. "Le recomendé que cambiara algunos pasajes del texto, pero no modificó nada. Me dijo que no podía cambiar nada porque eso es lo que realmente piensa sobre el sida", explicó Mettepenningen. Cuando en otra parte del texto el jefe de la Iglesia afirma que la homosexualidad es "una manera de sexualidad mal entendida" también le dije que lo cambiara, pero ¿quién soy yo para decirle al arzobispo lo que tiene que pensar", se preguntó su portavoz.

"Cuando el amor entre los seres humanos se pervierte, ocurre como con la naturaleza: cuando violentamos el medio ambiente, este acaba por cobrarse su tributo y vengarse, es lo mismo que con el sida", afirma Leónard. Sobre la homosexualidad, Leónard afirma lo siguiente: "Comprendo perfectamente que, en algunos ambientes sociales, la gente sea prudente respecto a si contratan o no a personas homosexuales para llevar a cabo determinadas tareas de enseñanza a los jóvenes". En relación al aborto, sus ideas también son claras: "Hoy en día, se puede afirmar que el 95 por ciento de los casos de aborto son abortos de conveniencia". La interrupción voluntaria del embarazo no debería, en opinión de Leónard, "tener ninguna excepción, ni siquiera los casos de violación".

El arzobispo afirma que sus palabras fueron "mal comprendidas"

El arzobispo de Bruselas-Malinas, André-Joseph Leónard, por su parte considera que sus palabras han sido "mal comprendidas". Leónard ha ofrecido una conferencia de prensa para intentar frenar la polémica generada, que le ha valido duras críticas de organizaciones sociales y de responsables políticos de las cuatro esquinas del país.

La máxima autoridad de la Iglesia católica en Bélgica explicó que su comentario se refería a personas que habían mantenido relaciones sexuales de riesgo y sin control, pero no a personas que adquirieron el virus del sida por transfusiones o a niños de madres seropositivas. Leonard explicó, como comparación que, en su opinión, si alguien fuma o se bebe alcohol de forma exagerada se puede adquirir cáncer, lo que también sería "una forma de justicia inmanente". "Hay consecuencias derivadas de nuestros actos", insistió el arzobispo, quien también apuntó a que en el libro hay otra frase suya que reza que las personas con sida "merecen todo el respeto y no deben ser objeto de discriminación". El prelado insistió en que sus manifestaciones son "honorables y respetables". En cambio, algunas de las reacciones de responsables políticos las califican de "innobles", "nauseabundas" u "homófobas".

El arzobispo también recordó que el libro en cuestión -una actualización en lengua flamenca de la obra Monseñor Leonard: Conversaciones- fue publicada en francés en 2006, cuando él era solamente obispo de Namur, y que entonces no hubo reacciones negativas. "Hace cuatro años que el libro apareció sin que generara emociones", lamentó Leonard, de 70 años, un filósofo y teólogo considerado de gran preparación intelectual y también de ideología conservadora.

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