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La tradición pudo más que el calor

  • El público fue fiel a la procesión del Corpus Christi, a pesar de lo tardío de la fecha y la amenaza del mercurio, en el estreno de Zoido como alcalde · El cortejo se volvió a revelar demasiado cansino y descompensado.

Ha sido la procesión de Corpus Christi más tardía que recuerdan muchos. Con el verano ya comenzado y en la víspera del día de San Juan. Con un cortejo largo, muy largo. Esto no es nuevo, pero cada año cansa más ver como pasan y pasan decenas de estandartes en una comitiva que se antoja muy descompensada. Fue un Corpus con el mismo público fiel de otros años. Ni más ni menos. Aquí apenas se producen variaciones en la fiesta. Muchas personas optaron por verlo en las sillas, que se ocuparon casi en su totalidad, aunque es cierto que se ponen menos que antes. Probablemente, el Corpus de 2011 pasará a la historia por el intenso calor que imperó en toda la jornada y por el estreno como alcalde de Juan Ignacio Zoido, que no paró de recibir aplausos, tras la custodia. "Como esto siga así el año que viene lo sacan en un paso", decían algunos con guasa.

El Corpus 2011 también pasará a los anales como el de la confirmación de la víspera, si es que aún quedaba alguna duda. Miles de personas abarrotaron el centro de la ciudad en la noche del miércoles para ver los altares, escaparates y balcones. Chirrió un poco que la Catedral no estuviera más tiempo abierta para poder contemplar los pasos del cortejo listos para la procesión. A las 21:30, cerrojazo. Muchas personas, que acababan de salir cuando el termómetro aflojó unos grados (sensación subjetiva) se dieron de bruces con los vigilantes de seguridad del templo, que repetían que ya no se podía entrar.

La noche de vísperas también deparó algunas estampas que habrá que corregir en un futuro. Se cortaron al tráfico determinadas calles algo tarde, como ocurrió en la Cuesta del Rosario o en Argote de Molina, donde el altar instalado por la Hermandad de la Sed congregó a un gran número de personas. En la plaza del Salvador, las botellonas se mezclaban con los sevillanos que hacían el recorrido de la procesión. La rápida orden del alcalde a la Policía Local evitó que la reprobable estampa fuera a mayores.

Fue también el Corpus en el que se conmemoraban los cinco siglos de las hermandades sacramentales. En 1511, Teresa Enríquez, la loca del sacramento, llegó a Sevilla y se puso a fundar corporaciones de adoración al Santísimo. Por aquella época el Corpus ya llevaba saliendo una buena tira de años. La primera referencia documentada de la celebración es del año 1363 y corresponde a una nota en el Libro de Cargo y Data de la Catedral de Sevilla que dice: "Dieron para cubrir la tabla en que anda el arca de Corpus Christi, doce marcos de plata". Las primeras descripciones de la procesión las recogió José Gestoso de un texto de 1454 en el que se cita a cantores, músicos, nobles, el arzobispo, y un "arca en el que se recogía el cuerpo de Cristo". También apunta a cómo se adecentaban las calles el día antes, se colocaban toldos y se alfombraban con juncias y otras hierbas aromáticas. Pocas cosas han cambiado desde entonces. Los elementos religiosos le ganaron la partida a los profanos que fueron desterrados de la procesión. Las reliquias dejaron de salir para dar paso a los santos patronos. Y las órdenes religiosas, que en su día protagonizaban gran parte del cortejo, dejaron paso en el siglo XX a las hermandades y cofradías.

Filas interminables de cofrades. Primero los de las glorias, donde se ha puesto de moda el uso de hachetas, en vez de cirios, entre sus hermanos. Varias corporaciones las llevaron. Otras portaban lo uno y lo otro, y la gran mayoría un muestrario de varas considerables. Es curioso como en las hermandades de penitencia la preferencia es el cirio, mientras en las glorias se aferran al metal. Pero también hubo sus excepciones a esta norma no escrita que se viene repitiendo en los últimos años: las hermandades de la Pura y Limpia, el Amparo o la Pastora de San Antonio, entre otras.

En este punto, la crónica de la procesión del 2011 podría ser calcada a la del año pasado: la primera parte de la comitiva estuvo tremendamente descompensada. El primero de los pasos, el de Santa Ángela, salió cuando los estandartes se extendieron por toda la Avenida y la Plaza de San Francisco. Lo mismo ocurrió con los siguientes pasos, que figuraron muy distanciados entre sí. Urge una reestructuración de esta parte del cortejo y, no estaría de más, la incorporación de una banda de música en este punto. "De cada hermandad deberían ir sólo 3 ó 4. Esto es demasiado". "Lo que van a conseguir es cargarse esto. El año que viene vendremos otra vez y diremos lo mismo". Los comentarios que se escuchaban en la Avenida lo decían todo.

La música alertó de la llegada de los militares a la Puerta de San Miguel. Algo que el público acogió con entusiasmo. Se puso también de manifiesto un incremento considerable en el número de niños que formaron en las representaciones. A las 10:20, salió San Fernando y comenzó la sucesión final de pasos. Casi dos horas tardaron los 4 primeros en salir, mientras que los otros cinco apenas lo hicieron en 20 minutos. La custodia sí salió este año con la Marcha Real y todos los honores por parte del Ejército.

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