Antonio Torrijos | Número dos en la candidatura de Sira Rego para dirigir IU

Antonio Torrijos: “Echo de menos más solidez y rigor en la política”

  • El histórico dirigente de IU y CCOO vuelve a la primera plana después de “un periodo de 13 años de persecución judicial”

El histórico dirigente de IU y CCOO Antonio Rodrigo Torrijos.

El histórico dirigente de IU y CCOO Antonio Rodrigo Torrijos. / Juan Carlos Vázquez

Le quita importancia Antonio Rodrigo Torrijos a las diferencias que mantienen las cuatro candidaturas que pretenden dirigir Izquierda Unida (IU) después de la Asamblea Federal del 18 y 19 de mayo, diferencias que se atribuyen a unas supuestas “confrontación o tensión políticas”. Y no es así. “La discusión, el debate, es consustancial a la naturaleza de IU; no es un drama sino una ocasión para un debate que cohesiona”, explica Torrijos, quien reivindica la intención de la candidatura a la que pertenece como andaluz destacado, la de la ministra Sira Rego, de ser “la que más firmemente ha apostado por un acuerdo” antes de la asamblea. Este viernes, en la presentación de su candidatura en Sevilla, Rego apostó por plantear una “dirección unitaria” después de la votación de los militantes, del 7 al 12 de mayo. Los resultados se conocerán el día 14, informan fuentes del partido.

–Su nombre vuelve a los titulares de la prensa, no en la sección de tribunales sino en la de política.

–Nunca he dejado de militar y en dos ocasiones ha sido en la clandestinidad, durante el periodo oscuro de la dictadura y, después, como consecuencia de la campaña de lawfare que he soportado durante 13 años. Formando parte en la lista de Sira Rego, salgo de la clandestinidad para ejercer la representatividad pública de mi organización.

–No han sido años agradables en los juzgados aunque finalmente fuera absuelto. ¿Se ve como una de las primeras víctimas de persecución judicial o lawfare?

–Se sustenta en los hechos. Hay una denuncia días antes de las elecciones municipales en las que me presento como candidato a la Alcaldía de Sevilla. Pero quiero pasar página de un periodo en el que he sufrido en silencio y que luego se ha demostrado que fue un ensayo para perfeccionar la maquinaria del lawfare como se ha visto después con Podemos, Pablos Iglesias, Irene Montero... Fue un ensayo exitoso de una estrategia contra lo que algunos consideran que es perjudicial para sus intereses.

–¿Qué le han parecido la carta de Pedro Sánchez y su no dimisión?

–Lo que está pasando con Sánchez y el suceso con Begoña Gómez es el penúltimo escalón de una escalera que empezó a construirse en Sevilla a principios del siglo XXI y que ha ido subiendo peldaños, con los estadios intermedios de Podemos y de otros, y en cuyo penúltimo escalón ha estado Sánchez. Estoy satisfecho con que se haya quedado y que haya aprendido la lección de que debe haber un fortalecimiento de la democracia, que repare en que la mejor respuesta es legislar para acabar con las maniobras oscuras de ciertos poderes y de los nichos conspiranoides del Estado.

–¿A qué se refiere?

–Fundamentalmente a la renovación del Poder Judicial, a la anulación de la ley mordaza, al desarrollo de políticas de igualdad, al impuesto a la banca... Hay que profundizar en todo ello, fortalecer la movilización social y que se tomen medidas de calado que tengan que ver con los intereses generales del país.

–Lleva décadas en puestos de responsabilidad política, ¿está cómodo con la nueva política?

–La nueva política ha devenido en algo líquido. Años atrás había más madurez, más contenido, más capacidad en la gestión pública. Se podía estar de acuerdo o no con otros líderes políticos pero todos desprendían solidez. Ahora hay un fortalecimiento de lo superfluo, lo superficial, la imagen que margina lo fundamental. No hay una época mejor ni peor, pero echo de menos más solidez y rigor en la política.

–¿Y cree que puede aportar al respecto?

–Es uno de los motivos de mi vuelta. Quiero proponer rigor, la defensa firme de las posiciones, la recuperación del diálogo... Que la negociación no se perciba como una dejación de funciones sino como un modo de resolver los problemas entre todos. En un tiempo de liquidez en la política, IU es una certeza, un movimiento político y social que representa los intereses federales que merecen la pena.

–Ya que lo menciona, ¿no cree que el problema de IU con Sumar es que el proyecto de Díaz es confederal e IU es federal?

–En efecto. IU es de naturaleza federal y la candidatura en la que participo lo defiende, coherente con el modelo republicano del país. No concibo una asimetría territorial ni comparto ni contemplo federaciones de la izquierda que defiendan un modelo confederal. En Sumar están entrando en el confederalismo y eso es una dificultad objetiva para el desarrollo de un modelo de IU, de la construcción de un espacio plural.

–¿Cómo convencería al militante de IU de que la mejor candidatura es la suya?

–Sería la primera vez en 38 años de existencia de IU en que una mujer estaría al frente, teniendo un liderazgo femenino. También proponemos una IU con voz propia que siga apostando por las alianzas pero sin subsumirse en ningún magma político. Aparte, con la situación del país y en el contexto internacional, IU debe encontrar un equilibrio entre el hilo rojo, el verde, el blanco y el violeta. Parece que los problemas de las clases trabajadoras y sociales hayan pasado a un segundo plano y queremos que el movimiento obrero y sindical alcance el espacio de los otros hilos. Queremos instaurar en el partido un funcionamiento basado en el sufragio universal, que la militancia participe en las decisiones transcendentales.

–¿Ve posible la reconciliación con Podemos?

–La ruptura con Podemos fue una mala noticia para el país. En su política de alianzas IU debe intentar ampliar la relación con todas las fuerzas a la izquierda del PSOE.

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