Muchos sevillanos que llenan las aulas escolares -que pertenecen a la denominada generación Z- seguramente desconozcan quién fue Miguel Ángel Blanco. Incluso puede ser que en sus hogares rara vez hayan escuchado hablar de ETA. Es el paso del tiempo. O la superación de uno de los capítulos más oscuros en la historia reciente de España. Según se mire. La Junta de Andalucía, sin embargo, quiere que los menores tengan presente la amenaza que supuso la banda terrorista en la vida constitucional del país y "dignificar" la memoria de las víctimas. Por tal motivo, este lunes ha enviado una circular a los centros de enseñanza con indicaciones sobre cómo celebrar el Día de la Paz, que tendrá lugar el próximo 30 de enero, en la que hace referencia al terrorismo que sufrió España en las últimas décadas del siglo XX y las primeras de la centuria actual. 

La Consejería de Desarrollo Educativo y FP pretende que la conmemoración del Día Escolar de la No Violencia y la Paz tenga como protagonistas en las aulas la Constitución Española y el Estatuto de Autonomía de Andalucía como normas que reconocen los derechos y libertades fundamentales de la ciudadanía. Frente al cuestionamiento de la Carta Magna que plantean algunos partidos (varios de ellos sirven de apoyo al Gobierno de Pedro Sánchez), la circular enviada por el departamento que dirige Patricia del Pozo quiere destacar la importancia que tuvo su aprobación en una sociedad que, a mitad de los 70, dejaba atrás una dictadura y sentaba las bases del periodo democrático. "Hoy por hoy, se hace más necesario que nunca poner en valor el proceso de la Transición española [...] como éxito de concordia política y responsabilidad de la sociedad civil española. Responsabilidad que tuvo su culmen en la aprobación de la Constitución del consenso de 1978", manifiesta el escrito. 

La circular incide en que los centros docentes desarrollan a lo largo del curso una "importantísima" labor en el ámbito de la cultura y la paz y "en la formación integral del alumnado para lograr una sociedad más justa y tolerante mediante la resolución pacífica y dialogada de los conflictos en las relaciones humanas". Dentro de esa "educación en valores", la consejería recuerda que el nuevo currículo andaluz, que ha comenzado a implantarse este ejercicio académico -como adaptación a la Lomloe-, pretender dar a conocer al alumnado "la lacra que supuso para la sociedad civil española el terrorismo de ETA durante el último tercio del siglo XX y comienzos del XXI". 

El espíritu de Ermua

"El currículo pone en valor el sufrimiento de las víctimas provocado por dicho terrorismo, como símbolos de la defensa de los valores democráticos y constitucionales", refiere la circular, que abunda en que "las víctimas del terrorismo son ejemplos éticos y cívicos de la defensa de los principios morales y los valores constitucionales". Es aquí donde enaltece la figura de Miguel Ángel Blanco, concejal del PP por Ermua que fue secuestrado y asesinado por la banda terrorista en julio de 1997. "De entre las víctimas, es preciso y justo traer a la memoria colectiva a Miguel Ángel Blanco como símbolo del punto de inflexión para el inicio del fin de ETA". Fue lo que se denominó "el espíritu de Ermua", aquella marea de manos blancas con la que la banda terrorista comenzó a contar sus últimos días. 

En declaraciones al programa La Mañana de Andalucía, de Canal Sur Radio, la titular del ramo, Patricia del Pozo, ha señalado que el Día Escolar de la No Violencia y la Paz coincide con otra fecha que no puede olvidarse en Sevilla, el 30 de enero. Esa jornada, de 1998, ETA asesinó al concejal del PP Alberto Jiménez-Becerril y a su esposa, la procuradora Ascensión García Ortiz. Dos nombres que también forman parte del historial sangriento de ETA en Andalucía. 

La reclamación de este recuerdo en las aulas se produce en un momento político bastante convulso, debido a los apoyos recibidos por el Ejecutivo de Pedro Sánchez para hacerse de nuevo con el Gobierno de España. Un trámite en el que ha necesitado el apoyo de muchos partidos, entre ellos, los de Bildu, formación que muchos críticos consideran "heredera política" de la banda terrorista. Mientras hay quienes defienden que su presencia en el Congreso supone un "triunfo de la democracia" tras el fin de ETA y el abandono de las armas, para otros simboliza "un chantaje continuo" por parte de quienes nunca han condenado el largo historial de atentados.