El Real Madrid se llevó el clásico del fútbol español (3-1), agigantado en su pegada y en un trabajo infatigable que le permitió, primero, remontar el tempranero gol de Neymar y, luego, liquidar a un Barcelona al que pudo endosar incluso un marcador más abultado.

No fue el partido de Messi ni de Cristiano Ronaldo, pues aunque fue él quien terminó con el de imbatibilidad de Claudio Bravo, pero tampoco brilló en exceso. Los protagonistas fueron, inicialmente, Luis Suárez, que debutaba una vez cumplida su sanción por el mordisco a Chiellini en el pasado Mundial; Neymar, que abrió pronto el marcador, y después el bloque del italiano Carlo Ancelotti, cuya fe en el conjunto, amparada en una parada milagrosa de Casillas a Messi y en su acierto en ataque ofreció créditos de gran valor.

La Liga se aprieta. El Madrid, que tantas dudas ofreció de nuevo en el inicio de campaña, prolongó su estado de gracia y demostró que, cuanto menos, a estas alturas de curso está algo por encima del líder en cuanto a estado de forma.

Ancelotti no ofreció sorpresa alguna en el once inicial. Sí Luis Enrique, que concedió la titularidad al uruguayo Luis Suárez tras casi cuatro meses de inactividad y apostó en el lateral zurdo por el francés Mathieu en lugar de Jordi Alba. La manija en el centro del campo fue para Xavi, un clásico de los clásicos, que formó con Iniesta y Busquets.

La decisión del técnico azulgrana no pudo reportarle mejores beneficios, al menos de entrada. Prácticamente en su primera acción, el charrúa envió el balón a Neymar al otro lado del área, éste recortó a Carvajal y a Pepe y marcó con un disparo raso y colocado junto al palo izquierdo de Casillas, que no llegó pese a la estirada. Habían pasado cuatro minutos y el Barcelona, de nuevo, estaba por delante en el luminoso en el Santiago Bernabéu. El Real Madrid se enrabietó y tuvo cinco minutos para la ilusión en los que Benzema rozó el empate, sobre todo con un remate de cabeza que estrelló en el larguero tras un centro de Cristiano Ronaldo y en el rechace volvió a rematar al palo.

El Barcelona resistió la acometida blanca. Bien asentado en el césped y en ventaja, comenzó a poder tocar con Xavi, Iniesta e incluso Messi, que retrasaba su posición asiduamente. De esta forma, el Madrid empezó a sufrir sin el balón. Sin capacidad para arrebatar el esférico a los barcelonistas, Messi pudo sentenciar en un par de ocasiones, principalmente en el minuto 23, cuando recibió solo de Luis Suárez a un par de metros de la portería y su remate lo rechazó a córner casi inexplicablemente el meta blanco, en una de esas intervenciones que han engrandecido su nombre.

Con Marcelo por su banda como gran argumento ofensivo, los de Ancelotti pecaban de ansiedad, de querer llegar demasiado rápido cuando tenían la posesión. Pero tuvieron la virtud de aprovechar otra racha de acometidas para lograr la igualada. Una internada del brasileño acabó en penalti por mano de Piqué. Cristiano Ronaldo, que apenas había tenido opciones hasta entonces, no desaprovechó la pena máxima logrando su decimosexto tanto y batiendo por primera vez al Barcelona en Liga.

El empate renovó la fe del Real Madrid, que en el inicio del segundo tiempo había sufrido un par de llegadas azulgrana hasta que un córner permitió a Pepe reclamar protagonismo en el clásico, al rematar de cabeza, solo, y firmar el 2-1. El portugués había tenido un inicio de partido bastante discreto, con algún error de bulto, pero a partir de ahí se engrandeció y fue un baluarte para tratar de frenar a un Barcelona que metió una marcha más en busca del empate.

El partido se convirtió en un ida y vuelta enloquecedor a la par que bello. Eso le permitió hacer a los locales lo que mejor saben, contragolpear. Justo en la acción del cambio de Xavi, Rakitic botó un córner, James Rodríguez despejó, Isco emprendió una carrera casi desesperada junto a Iniesta y acabó por quedarse con el balón aprovechando la confusión entre el albaceteño y Mascherano. El tremendo esfuerzo tuvo la recompensa porque Benzema culminó la contra con un remate cruzado tras recibir de James Rodríguez (3-1).

El Barça se hundió y el Madrid pudo destrozar a su eterno rival en varios contragolpes. Con Messi casi desaparecido, el conjunto de Luis Enrique era incapaz de superar la barrera planteada por los de Ancelotti y a la contra tuvieron los blancos la puntilla. Para colmo de males, poco antes de la media hora de este segundo periodo se tuvo que retirar lesionado Iniesta, uno de esos jugadores esenciales para encontrar huecos donde no los hay en los momentos más difíciles.

Incluso el Real Madrid se permitió el lujo de hacer algo que hace mucho tiempo no podía en los clásicos. Crecido en el trabajo defensivo, pudo tocar y combinar seguido por los olés desde la grada de un Bernabéu que comenzaba a festejar una victoria de muchos quilates y que otorga aún más credibilidad a un equipo que supo sufrir para crecer. Individualmente hubo hombres que triunfaron como Isco o Benzema, pero triunfó más el bloque de Ancelotti, en tanto que el conjunto de Luis Enrique perdonó en esta ocasión y acabó perdido e impotente en plena fiesta madridista.

Real Madrid: Casillas; Carvajal, Pepe, Sergio Ramos, Marcelo; James Rodríguez, Kroos, Modric (Arbeloa, 88'), Isco (Illarramendi, 83'); Benzema (Khedira, 86') y Cristiano Ronaldo. Barcelona: Claudio Bravo; Daniel Alves, Piqué, Mascherano, Mathieu; Busquets, Xavi (Rakitic, 60'), Iniesta (Sergi Roberto, 72'); Luis Suárez (Pedro, 69'), Messi y Neymar. Goles: 0-1 (4') Neymar. 1-1 (34') Cristiano Ronaldo, de penalti. 2-1 (50') Pepe. 3-1 (61') Benzema. Árbitro: Gil Manzano (extremeño). Amonestó a los locales Carvajal y Cristiano Ronaldo y a los visitantes Messi, Neymar, Piqué e Iniesta.. Incidencias: Partido de la novena jornada disputado en el Santiago Bernabéu ante unos 81.000 espectadores.