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Defensa de cinco para resistir

  • Caparrós reforzó su zaga en los últimos minutos con la entrada de Mainz al campo para poder aguantar un empate que resulta un buen botín por lo que el equipo hizo en Ipurúa

Arguyó Caparrós el viernes en sala de prensa que este Granada no es defensivo, tesis que es bastante discutible viendo el comportamiento del equipo sobre el terreno de juego en los últimos encuentros. Lo que no tiene debate, lo que es obvio y claro es que el técnico tiró en los últimos minutos de un argumentó tan 'amarrategui' como quitar a un hombre de la medular y meter un central más para aguantar el valioso punto que tenía en la buchaca, formando con una defensa de cinco en los compases finales del choque. Su decisión, tan respetable como defensiva, fue acertada, ya que al Granada no le pasó como en los últimos duelos ante el Málaga y el Rayo, cuando se le escapó un punto en las postrimerías.

lo esperado

El Granada empezó el duelo con su habitual 1-4-4-2, con Córdoba y Success arriba, más Piti y Sissoko en las bandas. Lo demás, lo de siempre. La primera media hora fue decente, aseada, gracias a que el equipo entendió bien cuándo debía dar pelotazos arriba, hacía unos puntas poco acertados, y cuándo asociarse, con un Piti más fino que otros días, colaborando mucho al irse constantemente al centro y dando apoyo a los suyos. Todo cambió a partir del tanto del empate, que llegó en el minuto 37. De ahí al final se impuso claramente un Eibar más incisivo, inteligente e impulsivo que el Granada.

pocos en el medio

Tan clara estaba la cosa a favor de los locales, que solo encontraron réplica en el mando en cortos pasajes del segundo tiempo, que Caparrós tiró de la citada zaga de cinco. La orden a Mainz era meterse entre Murillo, soberbio un día más, y Babin, e incorporarse a la medular cuando el Granada tuviera el balón, algo que casi nunca ocurrió. Los rojiblancos acabaron con un 1-5-3-2, con Iturra, cuya segunda parte también fue notable auxiliando continuamente a loz zagueros, volcado a la izquierda, y dos puntas hasta el final en el campo, en este caso El Arabi y Piti, que apenas olieron el balón.

entre laterales

Hay determinados intangibles en el mundo del fútbol que son importantes, a veces hasta decisivos, en un partido y que cobran aún mayor trascendencia cuando el choque se disputa en un terreno de juego con dimensiones algo más reducidas de lo habitual. Dos de esas situaciones provocaron los dos goles que se vieron en la primera parte. El tanto rojiblanco llegó en una acción protagonizada por los dos laterales del equipo, Foulquier y Nyom, con centro medido del galo y notables control y remate del diestro. Cuando es difícil atacar porque hay muchos jugadores en un espacio reducido de campo, la aparición de los laterales suele ser decisiva, por sorpresiva, y sirve para desequilibrar.

segundas jugadas

El Eibar empató en una acción de segunda jugada, algo clave en choques como el de ayer y que dominaron los vascos durante casi todo el partido. Afortunadamente, ya no volvieron a marcar más. El Granada jugó otro partido que rozó lo penoso, aunque ya se sabe que las penas con puntos son menos penas.

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