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…para otra que comenzó antes de tiempo

  • Un gol del Deportivo en Barcelona hubiera convertido en drama la invasión de seguidores sobre el césped de Los Cármenes

La afición del Granada no se sintió en Segunda casi en ningún momento. Ni cuando en la primera parte el Almería se puso hasta en dos veces por delante del Almería y condenaba, al menos instantáneamente, al Granada CF al descenso. Pero la grada de Los Cármenes parecía estar conectada con el banquillo, que trataba de tranquilizar a los jugadores que con cada gol en Barcelona o en el estadio de los Juegos del Mediterráneo miraban para preguntar qué ocurría.

Sólo se produjo el silencio del 'paso de un ángel' en el 2-1 del almeriense Soriano al Valencia. Afortunadamente el empate 'che' llegó justo antes del descanso para disfrutar de un receso cómodo y una segunda parte más plácida aún, en la que sólo la remontada del Deportivo creaba algo de incertidumbre a la afición.

El 2-3 en Almería daba dos goles de margen con los almerienses, pero un tanto de los coruñeses condenaría al descenso al Granada. Lo de Los Cármenes, en el césped, parecía pactado y los finales estaban a punto de caer. Entonces la afición comenzó a gritar lo de 'Invasión, invasión'.

En Los Cármenes sólo hubo tres minutos de alargue y en Almería y Barcelona cinco. Acabó en Granada y se desató una euforia precipitada porque aún había Liga en juego. La profecía de la grada se cumplió y pronto el césped era imperceptible entre miles de seguidores del Granada CF que celebraban una permanencia aún no real y aprovechaban para pedir camisetas a los jugadores del Atlético.

Los 'colchoneros' ganaron el túnel de vestuarios pronto con los colegiados. Los del Granada CF esperaban en su banquillo, con Siqueira como uno más. Y así se celebraron los finales en los otros dos campos, en Almería primero y en Barcelona, con una llegada gallega añadiendo dramatismo, después.

Por fin la fiesta estaba justificada. La del campo entre aficionados y jugadores, en el acceso a vestuarios junto a miembros del 'staff' del club y en los alrededores del estadio para toda una ciudad. Apenas hora y media después, todo se derivó al lugar en el que Granada celebra sus gestas deportivas. La Fuente de las Batallas, previamente vallada, esperaba a miles de seguidores que continuaron entonces una fiesta que, ahora sí, cantaba con todas las de la Ley eso de "Es de Primera, Granada es de Primera".

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