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Cuando lo imposible se hace realidad

  • Una temporada llamada a ser olvidada ofrece un increíble final con una salvación en la que pocos confiaban Tres victorias y un empate en las cuatro últimas jornadas, bagaje de Sandoval en el banquillo

¡Vaya temporada! Bien está lo que bien acaba, pero para el Granada ha sido una pesadilla, aunque cuando despertó en el último suspiro resulta que lo vivido ha sido un sueño. Todo el granadinismo aún se están frotando los ojos por lo que ha ocurrido en una campaña 2014/15 que, hasta hace poco, estaba llamada a ser olvidada y que al final será recordada por un sufrimiento que parecía interminable pero que se dio por bueno. Y parece imposible que se haya salvado con sólo 35 puntos.

La campaña comenzó justo cuando acabó la pasada en Valladolid. Tras salvarse el Granada en la última jornada, Alcaraz anunció que dejaba el puesto de entrenador, cansado de tanta incomprensión por parte de sus paisanos. Entonces, la directiva apostó por alguien de renombre: Joaquín Caparrós.

Lo que son las cosas, el entrenador que más ha cobrado -muy por encima del propio Alcaraz, Fabri, Abel y Anquela- ha sido el que ha tenido peor resultados y ha mostrado el juego más rácano. "Un punto es la leche", decía el utrerano cada vez que se empataba mientras el Granada fue perdiendo posiciones desde la cuarta que llegó a ocupar en la segunda jornada. Y es que el Granada llegó a estar en puestos de Champions tras un comienzo de temporada espectacular con dos victorias y dos empates. Pero se acabó la flor de Caparrós, cuando el equipo rojiblanco empezó a jugar a no perder y lo que pasó es que se sumaron 16 partidos sin saber lo que es ganar. El motivo fue claro: no se metían goles ni al arco iris.

Al final de la primera vuelta, con el farolillo rojo en sus manos, la directiva destituyó a Caparrós y contrató a Abel Resino para que repitiera el milagro de la temporada del retorno a Primera. Pero la segunda vuelta fue un calvario, con el Granada instalado en puestos de descenso. Un par de victorias y, sobre todo, los malos resultados de los posibles rivales en la lucha por evitar el descenso hicieron que el conjunto rojiblanco viera semana tras semana la salvación al alcance de la mano. A pesar de ello, no llegaba la reacción, unas veces por mala suerte (se perdieron no pocos puntos en los últimos minutos de varios encuentro) y otras porque no se daba para más.

Según avanzaron las jornada cada vez eran menos equipos los que pugnaban por la permanencia. En el último tramo de la Liga, cuatro equipos intentaban evitar dos puestos de descenso una vez que el Córdoba consumó su caída a Segunda: Deportivo, Granada, Eibar y Almería.

A falta de cuatro jornadas, tras perder en Los Cármenes ante el Espanyol, se destituyó a Abel y se contrato José Ramón Sandoval para el milagro en sólo cuatro partidos. Y se abrieron los cielos. Tres victorias y el empate de ayer, junto a lo ocurrido en Almería y Barcelona..., y el Granada sigue en Primera un año más. ¡Vivir para ver!

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