UD LAS PALMAS | GRANADA CF

Un cuadro sin armonía táctica

  • La falta de automatismos y de ensamblaje hacen caer goleado al Granada CF

Roto, destartalado, nervioso, desencajado. Son los adjetivos que el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua utiliza para explicar el significado de desarbolado. Calificativos, todos, aptos para explicar la aplicación del sistema táctico que ayer protagonizó el Granada CF en Gran Canaria. La falta de ensamblaje y de automatismos es alarmante, lógico fruto de la demora en las incorporaciones en el cuadro rojiblanco. Los de Jémez saben a qué quieren jugar, pero, hasta el momento, son incapaces de llevar a la práctica una apuesta que, por arriesgada, les puede sacar los colores con suma facilidad. La UD Las Palmas lo logró con una postura muy similar a la que anhelan, aunque mucho mejor plasmada sobre el césped. La cadena de despropósitos fue prolongada; la pasividad y los errores de la frágil retaguardia granadinista, sintomáticos. Al final, 5-1. Y lo peor para la hinchada granadina es que no fue, ni mucho menos, un resultado exagerado.

una larga lista

Los problemas de los de franjas horizontales, empero, no afectan sólo a la zaga. Escasa o inútil posesión del esférico, una presión demasiado infructuosa arriba, falta de atención en los balones a la espalda de la línea defensiva, multitud de espacios sin cubrir, arriesgadas combinaciones en lugares de tránsito de atacantes canariones, falta de precisión y de velocidad en la asociación, consistencia inexistente, déficit de remates en pelotas paradas... El catálogo de aspectos a mejorar es una auténtica e interminable cascada. Tanto, que, para lo visto, la mejor noticia para los visitantes era que el luminoso mostraba en el asueto unas esperanzadoras tablas.

Ataque

El dibujo granadinista, un 4-4-2 que varió de piezas pero no de debilidad durante los 90 reglamentarios, fue un auténtico castillo de naipes que se derrumbó con la brisa amarilla, que tomó forma con las dentelladas de Marko Livaja, de Viera o de El Zhar. En el primer acto, Samper hizo de hombre-ancla entre la defensa y el medio del campo, con Krhin lanzado en el apoyo a la presión. Con ellos, apoyados en algunas -pocas- ocasiones por Cuenca y Martins desde los flancos, el Granada CF se sostuvo, aunque con dificultad. La hecatombe culminó con Boga en el lugar del catalán, que provocó la pérdida de la escasa fortaleza en la divisoria. Todo, amén del limitado hacer defensivo ayer de los laterales. Una acción demuestra lo que fue el choque para los rojiblancos: la del 2-1. De un saque de arco de Varas fue capaz la UD de plantarse con un dos para dos en el área de sus invitados y de que uno de sus atacantes -Boateng- rematase solo dentro de la caja ante la desesperada salida de Ochoa, que no pudo hacer otra cosa ante una defensa que le dejó 'vendido' constantemente. La impresión fue la de que siempre había un futbolista amarillo mejor situado que otro rojiblanco, en cada jugada, en cada bola dividida.

desequilibrio

La imaginación gana partidos, la creatividad rompe defensas. Es una máxima del fútbol. Si algo positivo puede sacar Jémez del duelo de la tarde de ayer fue que Boga encarna esos valores y que será difícil que Samper no juegue sí o sí cada semana. El '10' granadinista fue el que más peligro llevó sobre la meta local, junto a la brega y los desmarques de Ponce. El canterano del FC Barcelona mostró detalles que hacen esperar a un jugador clave este curso. Ambos deben pulir particularidades propias de su juventud que pueden costar disgustos y puntos. Pese a todo, calidad y talento les sobran.

la primera de jémez

Ni dos jornadas ha tardado Paco Jémez en dejar una de sus estampas habituales de cada campaña, la de practicar una sustitución ya antes del descanso. El señalado ayer fue Gabriel Silva, que provocó el 1-0 con dos despejes impropios de la categoría. La actuación no gustó nada a su 'profe', que no dudó en sacarlo del encuentro y en dar entrada a Gastón Silva. El uruguayo mejoró algo a su tocayo de apellido, mas resultó un progreso ínfimo, casi imperceptible -estuvo muy desacertado sobre todo en las coberturas-. Bendito 'parón' por selecciones el que se viene encima, pensará Jémez, que contará con dos semanas para trabajar en el acoplamiento de un equipo, hasta ahora, aparentemente inerme. A Piru, sin embargo, sólo le quedan tres días para tratar de mejorar lo visto con nuevas llegadas, algo que parece ineludible.

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