Granada

Un nuevo mazazo laboral manda al paro a casi 4.000 granadinos en septiembre

  • Granada cierra el tercer trimestre del año con un nuevo máximo histórico de desempleados: 95.473 · Este mes de septiembre ha sido el peor para el mercado de trabajo provincial desde el año 1996

El mes de septiembre se ha encargado de echar por tierra las mejores predicciones, aquellas que abogaban por la recuperación del mercado de trabajo y apostaban por un buen fin de año. Ni en el conjunto nacional ni en Granada se puede hablar de buenos datos. Más bien, de cifras catastróficas que en el caso de la provincia han marcado un nuevo máximo histórico. Al cierre del noveno mes del año, Granada contaba con 95.473 trabajadores inscritos en las listas del paro de los Servicios Públicos de Empleo. En un mes, la finalización de la temporada estival y el empeoramiento de las circunstancias económicas han mandado a la cola del paro a casi 4.000 granadinos más.

En concreto, al cierre de septiembre se habían inscrito en la lista de demandantes de empleo 3.962 granadinos (un 4,3% más) que se han visto en la calle y sin oportunidades en el mercado laboral. Esa cifra hace del mes de septiembre de 2011 el peor desde el año 1996, que es el ejercicio al que se remonta la serie histórica del Inem. Ningún otro mes de septiembre ha sido tan malo para el empleo, ni siquiera durante los primeros años de crisis.

Es más, en toda esa serie histórica, contando todos los meses de todos los años, hay muy pocas cifras comparables al incremento registrado en septiembre, y sólo una que lo supera. El mes de octubre de 2008 fue todavía peor que este septiembre funesto para el empleo: entonces el paro en la provincia aumentó en 5.420 nuevos trabajadores.

Aunque agosto tampoco fue especialmente bueno (el paro sumó 1.022 nuevos desempleados), el dato de septiembre rompe con una tendencia que, durante la primera mitad del año, dio lugar a una ligera esperanza de que lo peor ya hubiera pasado. Granada llegó a acumular cuatro meses de caídas consecutivas de la cifra de parados, reduciendo en conjunto el desempleo en 3.224 personas. Sin embargo, esos efectos positivos han quedado totalmente enterrados por la llegada, una vez más, de las vacas flacas.

Para los sindicatos los culpables están claros: los recortes sociales y laborales impuestos por las administraciones y los empresarios. El secretario general de CCOO de Granada, Ricardo Flores, calificó el incremento del empleo como "desproporcionado" y apuntó específicamente al "continuo ajuste del empleo llevado a cabo por los empresarios" como la causa principal de este aumento. En su opinión, los representantes de la patronal se están mostrando "insensatos y necios", ya que con estos recortes laborales "ahogan el consumo de las familias y, consecuentemente, destruyen la economía". Flores aseguró que "con esta mentalidad van a provocar a medio plazo la caída del consumo y, por lo tanto, la destrucción de empleo y de actividad económica".

Desde UGT, su secretaria general, Manuela Martínez, añadió que con los últimos datos del paro "queda suficientemente demostrado que las reformas laborales de este Gobierno no sólo no están orientadas a la creación de empleo, ya que el paro sigue creciendo, sino que, además, no acaban con la cultura de la temporalidad, tan enraizada en buena parte del empresariado granadino". Martínez aseguró que la política económica a golpe de exigencia de los mercados se está revelando claramente insuficiente. "Ni es capaz de calmar a los mercados especulativos ni tiene los frutos que toda política económica debe perseguir: la mejora del bienestar y el progreso económico de sus ciudadanos".

Los empresarios también pidieron cambios en la dirección económica del Gobierno, aunque evidentemente en otra dirección. El secretario general de la Confederación Granadina de Empresarios (CGE), Salvador Frutos, instó al Gobierno central y al autonómico a "afrontar de una vez el problema del paro y atajar la destrucción de empleo escuchando las necesidades de las empresas", porque la realidad, según el representante de la patronal, es que "nuestro tejido productivo no levanta cabeza".

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