Granada

Viajar con guitarra en avión, un suplicio

  • Los guitarristas profesionales viven con auténtica preocupación el traslado aéreo a cualquier trabajo porque llevar el instrumento les obliga ya a pagar un asiento extra y un seguro para posibles desperfectos, que después no se cubren

Viajar con una guitarra artesanal se ha convertido en todo un suplicio para los numerosos guitarristas profesionales que se trasladan en avión a cualquier punto de la geografía. La crisis ha hecho que las compañías que antes permitían viajar con los instrumentos desistan de esta prerrogativa voluntaria y obliguen a pagar un dinero extra. Por su lado, las compañías aéreas low cost son todo un quebradero de cabeza por las complicaciones añadidas que presentan y cada vez hay más casos de denuncias por roturas parciales o totales de los instrumentos.

Una guitarra flamenca artesanal de las que construyen los mejores guitarreros granadinos, sin ir más lejos, tiene un valor que supera los 3.000 euros y, en muchas ocasiones, los 6.000. Es la materia prima del flamenco, la que hace posible que un cantaor pueda cantar y que una bailaora desgrane su coreografía apoyada en la música que brota de sus seis cuerdas. La universalización del flamenco ha permitido durante cinco décadas que los artistas viajen por el mundo entero con sus instrumentos al hombro.

En los años sesenta, setenta y ochenta, los guitarristas gozaban de ciertas comodidades a la hora de transportar sus guitarras dentro de los aviones. Las compañías aéreas, bastante más benevolentes que ahora, no ponían impedimentos a que una guitarra ocupara los compartimentos superiores del asiento de su dueño. Durante los 90, dadas las nuevas fórmulas para aumentar los ingresos de las compañías y sobre el pretexto del excesivo espacio que ocupa una guitarra en el lugar donde deben ir las maletas de mano, ya se exigía pagar un seguro especial por instrumento que, en la mayoría de los casos, no garantizaba ni garantiza, como veremos, absolutamente nada.

En la actualidad, compañías low cost como Ryanair no permiten viajar con la guitarra a no ser que se pague un extra-seat, es decir, un asiento de más para el instrumento, como si éste fuese otra persona. La crisis ha hecho que este requisito sea un punto complicado a la hora de contratar ya que las empresas que realizan espectáculos se encuentran con un gasto extra que antes no existía.

El guitarrista Alfredo Mesa acaba de regresar de Bruselas con su guitarra hecha añicos en la bodega de un avión Ryanair. La guitarra estaba asegurada y atendiendo a las indicaciones del mostrador de Ryanair en Málaga, enviaron una hoja de reclamación a Dublín (es la única opción que da esta empresa) explicando lo sucedido. La respuesta de la compañía aérea ha sido solicitar una factura de compra de la guitarra y puntualizar que, en última instancia, lo que pueden abonar es 9 euros por kilogramo de peso, es decir, si una guitarra con su estuche puede pesar entre 4 y 6 kilos, la compensación, en el mejor de los casos, no llegaría ni a 50 euros.

Hace unos cinco años, el guitarrista Luis Mariano volvía de Gerona en esta misma compañía. En el vuelo de ida, una generosa azafata, tras la explicación de lo costosa que es una guitarra y lo que un guitarrista la necesita para su trabajo, accedió a dejarlo pasar con ella, pero en el vuelo de vuelta no fue así. En la puerta de embarque dos trabajadoras de Ryanair le impidieron el paso y le obligaron a bajar de nuevo para facturar el instrumento. Durante la espera, Luis Mariano perdió el avión. La broma le salió muy cara ya que la compañía lo único que le pudo ofrecer ante sus quejas fue la famosa hoja de reclamación a Dublín y las "gracias por venir". El guitarrista tuvo que pagar un seguro para la guitarra, comprar un nuevo vuelo cinco veces más caro ya que lo hizo justo antes de volar y además, hasta Sevilla, con lo cual tuvo que alquilar un coche en el aeropuerto hispalense, para llegar hasta Granada.

Como estos dos, hay decenas de casos de conocidos guitarristas que han tenido problemas con sus guitarras y no han recibido ningún tipo de compensación, ni siquiera, contratando el famoso seguro. Las recomendaciones son siempre no viajar en compañías de low cost y, en caso de hacerlo por obligación, contratar un extra-seat con tiempo, de modo que la broma no cueste tan cara, de lo contrario, viajarán con la incertidumbre de no saber qué se van a encontrar cuando abran el estuche en tierra firme.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios