gerardo cuerva. presidente de la confederación granadina de empresarios

"El modelo de las patronales se ha agotado, hay que buscar nuevas vías"

  • La CGE comienza una nueva etapa con un nuevo equipo y un mismo presidente, que se ha fijado el objetivo de reconvertir la patronal y hacer de ella un motor de impulso de la economía granadina

Desde el año 2007, el despacho de Presidencia de la Confederación Granadina de Empresarios ha conocido a un solo ocupante. Tras dos mandatos, Gerardo Cuerva renovó su cargo al frente de la patronal granadina por tercera vez hace unas semanas, prometiendo dar una vuelta de tuerca al funcionamiento de la organización para conseguir lo único realmente importante: la identificación total del empresario con su Confederación.

-El pasado 4 de julio fue elegido con un apoyo mayoritario como presidente de la Confederación Granadina de Empresarios. Este es ya su tercer mandato...

-Esa es una de las cosas que me da miedo. Yo digo siempre que hay que dar impulso, meter savia nueva, que las personas de 80 años no corren los cien metros igual que una de 25... y resulta que vuelvo otra vez. Era un compromiso con la situación que están atravesando las organizaciones empresariales, los empresarios y las empresas. El grupo más directo de trabajo de dentro de la CGE y las asociaciones me invitaron a que mantuviera un mandato más la presidencia de la organización. Creo que el apoyo tan mayoritario que he recibido ratifica que en las situaciones complicadas no es el momento de mudanza.

-No cambia el presidente, pero sí que hay caras nuevas en el Comité Ejecutivo.

-Hemos reestructurado el equipo y el proyecto de la organización. Aunque repitamos algunas caras, la filosofía con la que afrontamos este nuevo periodo es distinta. Hacer las cosas iguales y tener resultados diferentes era difícil, así que la filosofía y la mentalidad con las que afronta esta nueva etapa la CGE son distintas.

-¿Qué destacaría de su nuevo equipo? Además de bastantes caras nuevas, hay muchas mujeres y gente joven...

-Pues precisamente eso. Quizá antes el que estaba fuera de tono era yo... Cuando accedo con 35 o 36 años a la CGE el que estaba fuera del equipo era yo. Quizá el equipo lo que ha hecho ha sido asemejarse más a mi forma de trabajar. Podría destacar que se compagina la veteranía de algunos miembros de la candidatura, como es Antonio Campos -una persona híperexperimentada en el mundo empresarial-, con el empuje de gente joven que llevamos muchos años en las organizaciones empresariales, que hemos aprendido el oficio complicado de la organización empresarial, y con gente nueva del mundo de la empresa que no tiene tanto conocimiento de la organización empresarial. Además, la esencia de ese equipo es uno de los pilares básicos de nuestra nueva etapa: abrir la Confederación. No es un dicho. Las organizaciones muchas veces somos demasiado endogámicas, nos miramos demasiado, nos da coraje que venga gente que no conocemos... Ese ramalazo que tenemos de los años 70 hay que cambiarlo. Hay que estar cada día más cerca de la empresa, y si hay algo endogámico en las organizaciones empresariales hay que eliminarlo. Para eso necesitamos gente que tenga una visión distinta.

-Este nuevo equipo marca un antes y un después respecto a sus candidaturas anteriores. ¿Por qué ese cambio?

-Porque la etapa lo requería. Siguiendo con la monotonía del trabajo que se estaba haciendo, haciendo los mismos las mismas cosas, que salieran resultados diferentes iba a ser muy complicado. Es como el equipo de fútbol que no para de perder partidos. Hay que hacer algún cambio: la posición de los jugadores, fichar jugadores nuevos o cambiar el entrenador. Esto hay que explicarlo muy bien, porque no quiere decir que todo lo que se haya hecho antes esté fatal, o que la gente que estaba aquí no haya servido... Doy las gracias sinceras a todos los que han formado parte de los equipos de las etapas anteriores. Pero a nadie se le escapa que la situación ha cambiado, que las empresas, las instituciones y las organizaciones empresariales están atravesando un momento distinto. Hemos intentado adaptarnos, ser ágiles como somos en la empresa. Esa es la mentalidad de la que ahora mismo -no sólo la candidatura y el resto del Comité Ejecutivo, sino también la Junta Directiva, la que manda realmente en la organización- está impregnada. La idea básica de lo que queremos de la organización la tenemos que dar los que estamos al frente de ella, pero sin duda alguna el gobierno y el rumbo lo tiene que marcar el órgano soberano, que es la Asamblea y la Junta Directiva. ¿Qué va a hacer la Confederación? Lo que quieran los empresarios de la provincia de Granada. ¿Cómo va a estar, dónde va a estar? Donde digan los empresarios de la provincia. Porque si no estaríamos haciendo una organización a nuestro criterio.

-Esos cambios en la organización no han sentado bien a todos...

-Nadie se puede enfadar, o nadie debe hacerlo, porque se le quiera dar un nuevo impulso a la organización. Todos son necesarios, el enfadado y el no enfadado. Esta organización si tiene futuro es porque estamos todos y todos juntos. Aun con distinto criterio, no pasa nada. Las patadas al quiosco se le dan desde dentro, no vale salir fuera. Los cambios y las remodelaciones se hacen desde dentro. De todos modos, ese desacuerdo no se ha expresado en las urnas: no ha habido otra candidatura y el respaldo de la que se ha presentado ha sido del 98%. No se refleja ese desacuerdo, pero no está mal que la gente tenga distinto criterio, eso es enriquecedor.

-En este caso la situación ha ido un poco más allá de un criterio distinto y ha habido incluso amenazas de impugnación del proceso electoral, aunque al final no cristalizaran...

-Sí. Sigo pensando que no es bueno sembrar dudas. Si hay algo mal hecho hay que denunciarlo y ponerlo en conocimiento, pero en esto y en cualquier ámbito de la vida. Es mucho mejor construir que no ir sembrando dudas... ¿Al final qué hay? Nada. Se puede tener distinto criterio, pero eso no quiere decir que valga todo. Invitamos a todo el mundo a que construya la mejor organización que crea. No es el momento de pelearnos entre nosotros.

-Una de las primeras críticas que llegaron cuando comenzó el proceso fue que en su candidatura no estaban representados los sectores...

-Yo no lo veo así. Si hacemos un repaso, está la hostelería, el campo, el sector de la construcción, el de la alimentación, la limpieza, la publicidad... Están los sectores y están los territorios.

-Quizá sí se echa en falta el comercio, que es desde donde procedían la mayoría de las críticas...

-Posiblemente, pero ha habido años anteriores en los que ha faltado otro sector. No pasa nada, porque eso no quiere decir que esté fuera de la CGE y de los pensamientos de la organización. El comercio en la provincia de Granada es importantísimo, así que estar pendiente de sus problemas es una obligación de la organización. Si en la candidatura no está alguien relacionado directísimamente con el comercio, no debemos rasgarnos las vestiduras. Eso no quiere decir que el comercio no sea necesario o no sea una prioridad para la organización. Ni muchísimo menos. Puede que a alguien no le guste, pero el sector está por encima de las personas, al igual que la CGE está por encima del presidente y la Federación de Comercio está por encima de cualquier miembro de la propia Federación.

-¿Cuáles fueron los motivos que le llevaron a adelantar las elecciones?

-El momento es complicado, tenemos unos cuantos proyectos que todavía no se pueden hacer públicos porque están en un periodo último de maduración, y había que tomar decisiones para el futuro. Creímos conveniente que eso se hiciera con un equipo nuevo y no en la expiración del mandato anterior. Sobre todo porque así se pasa el periodo estival medio organizado. Si las elecciones son a finales de año, habríamos perdido prácticamente el segundo semestre del ejercicio sin hacer nada, porque mientras arrancamos después del verano, viene la Navidad y en medio están las elecciones... No está la organización para perder un semestre de trabajo, y creo que era mucho más sensato arrancar el nuevo curso con un nuevo equipo.

-¿Qué destacaría de esos proyectos que se está planteando la CGE?

-Son proyectos muy importantes. Uno de ellos es OnGranada Tech City, uno de los que sí se puede hablar. Llevamos más de dos años trabajando y está poniendo a Granada como un referente tecnológico. Ya hay algunas empresas instaladas aquí, se le está haciendo a algunas la monitorización, la entrada a la ciudad. Sin duda la deslocalización de empresas es muy importante, porque mueven muchísimos recursos humanos. También hay un proyecto, el de las Minas de Alquife, en el que creemos y que puede dinamizar mucho una zona tan deprimida económicamente como la Norte. Otro es el Covention Bureau, que por culpa de unos y otros se ha quedado aparcado durante muchos años y por el que ahora Carlos Navarro y Juan Luis Álvarez se están desviviendo. Y luego está el proyecto de Sierra Nevada, que hay que abordarla. No digo que haya que masificarla ni llenarla de viviendas, pero teniendo ese recurso ahí no puede quedarse sin ni siquiera estudiarlo. Hay que mirar a Sierra Nevada y pensar cuál es su futuro durante los próximos 30 años. Estos son los proyectos que se están barajando, aunque creo que la esencia del trabajo en esta etapa que viene es darle la estabilidad suficiente a la organización. Estos son proyectos muy importantes para la provincia, y el esfuerzo de la organización empresarial tiene que estar cien por cien dedicado a ellos. El trabajo de la CGE no puede ser intentar mantener la subsistencia de la organización. Las organizaciones estamos pasando un momento tan complicado que una grandísima parte de nuestro tiempo lo empleamos en cómo mantener el funcionamiento de la estructura. Eso es un flaco favor a la sociedad, a los empresarios y a la economía de la provincia. La organización tiene que tener la suficiente estabilidad como para que todo su esfuerzo se dedique a la mejora de la competitividad de las empresas y a solucionar sus problemas.

-¿Cómo se logra esa estabilidad?

-Hay que redireccionar el funcionamiento de la organización, hay que explorar cosas nuevas que no estábamos haciendo. Las organizaciones empresariales hemos tenido un modo de funcionamiento durante los últimos 30 años que parece que se ha agotado, tenemos que explorar nuevos campos. Lo más importante es ser útil a los empresarios, tenemos que trabajar en la identificación máxima de cualquier empresario de cualquier rincón de la provincia de Granada. Ese es el reto que tiene la CGE: si el empresario no se identifica con la organización, algo estamos haciendo mal. Cuando exista esa simbiosis, esa identificación total, el mantenimiento económico no será un problema. Como por otra serie de partidas las organizaciones estaban cubiertas en sus presupuestos, teníamos ese ramalazo de no acercarnos a las empresas. Pero la organización tiene que estar al lado de las empresas.

-¿Cuáles serían esas líneas nuevas que se tienen que explorar?

-Hay muchos proyectos que se pueden hacer de la mano de profesionales por el bien de nuestra provincia. Se pueden explorar muchas rutas: es lo que estamos haciendo tanto aquí como en Europa. Eso es algo que en los últimos años no hacíamos, no explorábamos demasiado fuera de nuestras paredes. El mundo es global y hay que estar donde esté la oportunidad. La organización tiene que salir fuera de las puertas de este edificio.

-¿Cuando habla de salir fuera se refiere a la financiación o a algo más?

-Con ese acercamiento y esa elaboración de proyectos para la provincia encontraremos la identificación y, por supuesto, la estabilidad. Si no consigues la estabilidad no puede trabajar para nadie. Cuando las organizaciones empresariales trabajan para mantenerse no tienen mucho sentido. Las organizaciones empresariales tienen que trabajar para los empresarios, no para su mantenimiento. No podemos consumir los pocos recursos que tenemos para ver cómo vamos a pagar el recibo de mañana de la luz.

-¿Cuál es la situación económica de la Confederación?

-La CGE no es una cosa distinta a las miles de empresas de Granada. Es una situación tensa, con un problemas de tesorería, y con falta de recursos y expectativas de cambios. Su situación patrimonial no es peligrosa, pero sí es verdad que hay tensiones de tesorería. Por eso digo que cuando uno se dedica exclusivamente a ver cómo va la cuenta de resultados, algo no funciona. Eso no te deja crecer, te ata. La organización no debería pasar por ahí.

-Dentro de cuatro años, cuando haga balance de su mandato, ¿cómo le gustaría que fuera la CGE?

-Mi ilusión sería tener una Confederación totalmente identificada con la sociedad granadina, que los empresarios presumieran de la organización que tienen, que trabaje por el futuro económico de la provincia, y que tenga una estabilidad clara y manifiesta. Lo más importante es la identificación de los empresarios. Si eso se cumple, todos los demás problemas no existirán.

-¿Cree que para cuando termine su mandato ya habremos dejado atrás la crisis?

-Sí, estoy convencido. No hay mal que cien años dure. Son ciclos y espero y deseo que dentro de cuatro años cuando nos sentemos a hablar la economía haya cambiado de rumbo. Lo que a mí me preocupa es que Granada no vaya al compás de los progresos de España y Andalucía. Si Granada no responde, algo estaríamos haciendo mal. Hay que vigilar que Granada no se descuelgue, porque eso no lo podríamos resistir.

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