Granada

Primeros baños y terrazas para el calor

  • Los bares de la capital y los chiringuitos de la Costa Tropical llenan sus mesas desde el primer día de vacaciones Granada recibe al aluvión de turistas con una jornada soleada y 26 grados de máxima

Después de la despedida oficial el 21 de marzo, Granada ha seguido coqueteando con el invierno casi una semana, hasta que ayer le dijo "ahí te quedas". Tras unos meses en los que la única ola que se escuchaba era la siberiana, de frío, ahora la capital ya vive la ola de salir a la calle para disfrutar del buen tiempo y las cada vez más horas de sol. En el Sábado de Pasión, antesala de la Semana Santa, los termómetros subieron más de diez grados hasta sobrepasar los 25 y a más de un paseante le hizo falta ponerse gafas de sol y/o sombreros para hacerle frente al sol. Atuendos veraniegos, terrazas de bote en bote y gente, mucha gente, fue lo que pudo ver cualquier personas que se asomase por los puntos que hacen de Granada una ciudad muy atractiva para el turista.

Hay muchas maneras de combatir el calor, aunque ayer la que más se estilaba era la de pararse en algunos de los típicos pilares que emanan agua de Sierra Nevada y, sobre todo, la de sentarse en una terraza a beber algo 'fresquito'. A mediodía, los principales focos turísticos de la ciudad como el Albaicín y el centro ya tenían casi todas las mesas ocupadas de turistas y de granadinos que aprovecharon el buen tiempo y el comienzo de las vacaciones para pisar la calle. Aunque lo que más destacaba era el número de visitantes nacionales, que son el pilar del turismo granadino y más aún en una fecha como la Semana Santa que dejará un 80% de ocupación hotelera y su consiguiente repercusión en los bares y restaurantes de la ciudad que en esta fecha hacen su verdadero agosto, ya que el verano en una capital de interior no es tan potente. Asimismo, las iglesias y la Catedral tenían más tránsito que de costumbre ante la cantidad de aficionados de la Semana Santa que desembarcan estos días en Granada con el interés de ver las peculiaridades de la fiesta aquí.

Tal es el reconocimiento turístico de Granada en el panorama español que hace unos días el portal de internet más prestigioso en este ámbito, TripAdvisor, premiaba a la ciudad de la Alhambra como el sexto destino nacional preferido por los usuarios. Tampoco pasó desapercibido que uno de los programas más destacados de la radio nacional, Gente Viajera, dedicó su contenido a la capital de las tapas con una retransmisión desde la restaurada Casa Zafra.

No sólo la hostelería de la capital es la que vive unos días de excepción, ya que la Semana Santa en Granada es sinónimo de miles de esquiadores en Sierra Nevada y de escapadas a las playas de la Costa Tropical. El último sábado de marzo amaneció con el cielo totalmente despejado y sin viento, lo que animó a numeroso público a acercarse al litoral granadino para disfrutar de unas horas de descanso. Aunque la A-44 no registró problemas de retenciones y el tráfico fue fluido, ya en los aparcamientos de los paseos se notó una mayor presencia de vehículos de lo habitual. Las playas presentaban un formidable ambiente, que invita a los negocios de la zona al optimismo ante los días festivos .

En la arena había muchas familias con niños que al fin y al cabo son quienes disfrutan sobremanera revolcándose en el suelo, o con cubos y palas construyendo castillos. Parejas jóvenes o grupos de amigos se tumban en la arena para captar los primeros rayos de sol de la temporada y lucir moreno. En las horas centrales de la jornada, el anticiclón elevó las temperaturas hasta los 26 grados centígrados, por lo que ya se vieron las primeras sombrillas. Sobre la playa, convivían quienes se atrevieron a tenderse sobre la toalla con el traje de baño y los que por precaución no se atrevían aún a despojarse de ropa de entretiempo.

Los chiringuitos tomaron algo de oxígeno, para encarar con ánimos renovados la temporada que se les presenta en el primer fin de semana primaveral, tras los largos meses de invierno y de temporales y sus terrazas presentaban una más que notable ocupación, pues la mayoría veía cómo se llenaban de comensales. Otros se decantaron por llevar la comida de casa con fiambreras y neveras portátiles, mesas y sillas. Y muy pocos fueron los que se atrevieron a bañarse, pues aunque ayer el día parecía más veraniego que otra cosa, apenas acaba de empezar la temporada primaveral.

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