José María Rueda. Secretario general del PSOE en la capital

"La gente con su voto nos está obligando a pactar, luego no nos puede castigar"

  • El líder de los socialistas de la ciudad apuesta por Paco Cuenca como la única alternativa "seria" al gobierno de Torres Hurtado Igualdad, movilidad y economía, principales bazas electorales.

-Restan 35 días para las municipales. ¿Cómo está el PSOE?

-Perfectamente preparado para el reto electoral. Cuando uno ha cumplido con el trabajo encomendado por la ciudadanía en las anteriores elecciones uno afronta las siguientes con mucha tranquilidad, sobre todo viendo el enorme desgaste del adversario político, en este caso el PP, cuyo proyecto está claramente agotado en la ciudad. Sin soluciones, con amplios sectores sociales enfadados con su gestión y una actitud prepotente y altanera de no reconocer errores. Dentro de lo abierto que está el escenario político en general, el PSOE está en el momento idóneo de preparación. Estamos convencidos de que lo que estamos haciendo es lo correcto.

-¿Qué balance hace de la Asamblea Ciudadana?

-Muy bueno, sobre todo porque cuando uno hace estas cosas con coherencia y no porque sea una moda, es diferente. Para nosotros es un modelo de trabajo que necesita mucho trabajo previo, esto no se improvisa. Hemos hecho cuatro foros donde mucha gente ha participado y ha trasladado sus demandas. Hemos compartido diagnóstico de la ciudad. Me alegro mucho de que casi todos los partidos las hagan, cuando hicimos la primera en 2009 mucha gente se lo tomó a broma.

-¿Cuáles van a ser los grandes ejes del programa electoral?

-El programa gira sobre tres ejes fundamentales: igualdad, movilidad y economía. Estamos detectando que hay muchas situaciones de desigualdad entre personas y barrios. Es necesario un transporte público eficiente, de calidad y que no sea una tortura. Por mucho que se empeñe el alcalde, no hay mejor test que subirse en un autobús o estar en una parada para darnos cuenta de que el PP ha destrozado un sistema público que, siendo mejorable, era asumido por la mayoría de ciudadanos. Ahora es más caro e incómodo. Además, es clave un modelo de ciudad que potencie los sectores económicos que tenemos como son el comercio, turismo, cultura, biosanidad y Universidad.

-¿Sueña con Paco Cuenca como alcalde a partir del 24-M?

-Más que soñar, lo veo como una posibilidad real que cada vez tiene más aceptación ciudadana. Por un lado, uno tiene que fijarse en sí mismo y no en el adversario político. Hemos hecho un trabajo riguroso, constante y no improvisado, intentando poner solución a cada problema. En esa línea hemos formado una candidatura seria en la que se reconoce un trabajo y hay una evidente especialización. Es una apuesta muy responsable. Además de los méritos del propio candidato, muy conocido y bien valorado, está la situación desastrosa de descrédito del PP. Cualquier granadino aprecia un evidente desgaste físico de Torres Hurtado que sigue como cabeza de lista como el Cid Campeador para que gane batallas fuera de tiempo.

-¿Sigue creyendo que Sebastián Pérez relevará a Torres Hurtado?

La propia colocación de Sebastián Pérez como número dos es la muestra más evidente de que el PP no confía en que Torres Hurtado agote el mandato, evidentemente será en la oposición. Lo llevo diciendo dos años, creo que era su plan inicial pero ha primado la cabezonería del alcalde de ser él quien encabece la candidatura. Cierto es que avalado por sus tres victorias electorales anteriores. Los 'populares' juegan a una estrategia evidente en la que el alcalde como líder de la oposición municipal durará poco tiempo en el Ayuntamiento.

-¿Qué le parece la lista del PP?

-Es conservadora y de resistencia en la que solo se puede ver a gente que en estos últimos cuatro, ocho o doce años sólo le ha causado problemas, inconvenientes, trastornos y dificultades. Por tanto, están condenados a ser la futura oposición y bien merecido que se lo tienen.

-En su lista también hay algunos rostros continuistas.

-Teníamos muy claro que había que dar una continuidad basada en un trabajo bien hecho y en una experiencia. María Escudero y yo hemos decidido dar un paso a un lado, salvo para Ana Muñoz, era la primera legislatura para los otros seis concejales. No se puede tirar por la borda una experiencia de cuatro años que nos ha hecho referentes ante muchos ciudadanos. El Ayuntamiento necesitará desde el primer día gente que sepa dónde están los problemas, mecanismos e instrumentos. Es una lista muy equilibrada que conjuga experiencia y proyección de futuro que puede dar pie a un gobierno sólido, solvente y creíble.

-¿Cómo se interpreta su paso a un lado junto a María Escudero?

-No hemos pretendido dar ejemplo ni dar ninguna lección, simplemente ser coherentes. La permanencia en un cargo público debe ser un ejercicio temporal. La vuelta a la actividad privada es algo muy sano porque permite ver un panorama político con cierta perspectiva. No voy a abandonar las responsabilidades orgánicas que tengo en el partido y después de un tiempo de reflexión seguiré participando en los procesos institucionales y orgánicos del partido siempre sometiéndome a los criterios de la mayoría.

-¿Estará en la barrera?

-Creo que doce años, algo que Torres Hurtado debería haber aprendido, es un tiempo más que suficiente para desempeñar un determinado cargo público. Los que nos dedicamos a la política creo que debemos saber alternar periodos de máxima representación pública con otros de presencia orgánica para observar la realidad desde fuera para actualizarse. En unos tiempos complejos en los que los partidos nuevos han venido para quedarse, hay que acostumbrarse a un escenario con cinco partidos en liza, con casi imposibilidad de mayorías absolutas, con una nueva cultura de los pactos en la que será cada vez más importante las ideas y lo que defiende cada proyecto para diferenciarse del resto que las personas.

-¿Es responsable la ciudadanía de esa pluralidad?

-Lo que sale de las urnas es lo que deciden los ciudadanos libremente. Se pueden dar paradojas como que haya gente que vote a uno de los partidos nuevos buscando regeneración y castigo a los de siempre pero luego si esa fuerza no es la que gana ni la más votada tiene que decir qué quiere hacer. La ciudadanía nos obliga a tomar decisiones porque libremente con su voto ha permitido la aparición de nuevas fuerzas sin mayorías absolutas y obligándonos a pactar. Es responsabilidad de los partidos pero la gente también se tiene que acostumbrar a que con su voto nos obliga a ello. Luego no nos puede castigar porque pactemos. La solución sería que gobernaran los militares, curas y jueces. Rechazo rotundamente cualquiera de esas tres posibilidades.

-¿Qué aventura para el escenario provincial?

-Hay que ver cómo quedan definitivamente las candidaturas y si las agrupaciones de electores tienen incidencia en la representación en la Diputación. El sectarismo con el que se ha gobernado ha sido detestado por la ciudadanía, la alternativa es el gobierno del PSOE. Me imagino que todos los esfuerzos están puestos en que esa victoria sea lo más clara posible. No obstante, se abre un periodo en el que los partidos tendrán que ponerse de acuerdo en según que cosas para garantizar la gobernabilidad.

-En ese contexto, ¿será clave la cooperación entre partidos?

-Claro. Hay que aprender a huir de los personalismos y los debates nominalistas dentro y entre partidos. Cada fuerza tendrá que decir claramente dónde nos situamos y qué defendemos. Abogo porque el PSOE se sitúe claramente en un proyecto progresista, de izquierdas y socialdemócrata clásico que defienda el Estado del bienestar, el laicismo y el republicanismo. Además, se abre a nuevas demandas ciudadanas de transparencia y regeneración. Dejando claramente que el PSOE es eso, seguramente la gente tendrá más claro a la hora de votar qué puede esperar de su voto.

-¿Qué le parece el fracaso de la gran coalición de izquierdas que se iba a formar en la capital?

-Lo digo con pesar, algo esperado conociendo la tradición de esos intentos. Al final uno puede pretender convertirse en alternativa a lo existente pero para eso hay que tener mucha responsabilidad colectiva, conciencia de creerse lo que es y dejar los personalismos e intereses de grupo a un lado. El haberse creído que ellos eran la única izquierda puede ser el primer fallo que han cometido al afrontar ese proceso.

-¿Cree que Podemos bajo la marca Vamos Granada perderá gas?

-Estoy convencido de que va a ser así. Podemos como nombre, posible alternativa de futuro y con unos liderazgos nacionales muy identificados es evidente que ha recogido mucho apoyo popular en las urnas, pero creo que a nivel local la gente tiene claro que el objetivo número uno es desalojar a Torres Hurtado de la Alcaldía. Eso sólo tiene una alternativa, el PSOE y Paco Cuenca.

-¿La lucha entre Ayuntamiento y Junta ha podido dar alas a Podemos en el Albaicín?

-Seguramente en el Albaicín exista un especial enconada polémica, desde luego alimentada por el PP y por su incapacidad de asumir competencias. Eso ha podido hacer que la gente busque el refugio en los partidos nuevos. No tengo ningún dato que así lo atestigüe. El respaldo a Ciudadanos no es tan significativo como para llegar a la conclusión de que ha habido una huida de los partidos tradicionales a los nuevos, ha habido más bien una concentración del voto de protesta en torno a Podemos. También es cierto que allí fue donde surgieron los primeros círculos y donde se ha organizado un poco mejor.

-¿Albaicín y Centro, dos retos para el 24-M?

-El Albaicín vive una situación especial, vive poca gente y es verdad que hay una especialización de la población. Por un lado, están los pobladores de siempre -que mayoritariamente vota al PSOE- y, por otro, los nuevos habitantes que son personas con un nivel económico y académico más bien alto que creen que el barrio debe mantener la esencia para que ellos lo disfruten y no para que sea disfrutado por el conjunto de la ciudadanía. Esa gente mayoritariamente parece que vota a Podemos. Es un escenario electoral complejo de mover salvo que esa gente llegue a la conclusión de que el voto a su formación política no es el más adecuado para derrocar a Torres Hurtado. En el Centro el voto es más conservador. No vamos a dar por perdido ni por ganado cualquier voto.

-En Sevilla se dirimen estos días los acuerdos de legislatura.

-Hay cuatro partidos cuyo voto tiene incidencia en la elección de la presidencia de la Junta, IU por su escaso resultado no tiene esa incidencia. Los cuatro están demostrando que no han terminado de acostumbrarse a la nueva situación. Los que no han ganado las elecciones tienen que asumir que las ha ganado el PSOE -con el mismo porcentaje que Syriza en Grecia y nadie lo ha discutido-, pero seguramente como venimos de un escenario en el que eran fáciles las mayorías absolutas que no la haya ahora tiene a todo el mundo un poco trastocado. Vemos cómo no existe cultura de la negociación. Dejar a Andalucía sin gobierno una serie de meses es una irresponsabilidad grave con la crisis que tenemos. Ellos tendrán que evaluar hasta dónde tensan la cuerda. A todos nos hace falta mucha más humildad y capacidad de entender lo que la gente ha querido dar con su voto.

-¿Qué solución propone?

-Si el PP cree que la receta de Susana Díaz está agotada, lo que tiene que hacer es plantear la suya a ver si tiene más o menos votos. A partir de ahí, haría un llamamiento a Podemos y Ciudadanos a la responsabilidad para que faciliten el gobierno del PSOE. Luego cuando sea presidenta, se llegue a acuerdos de gobierno puntuales con las dos fuerzas políticas a la vez o alternativamente con una de las dos. Ambos están en la táctica de no mojarse, posiblemente no lo hagan hasta acercarse el 24 de mayo.

-¿Ese bloqueo puede influir en el voto el 24-M?

-Seguramente, porque en las municipales la gente tiene que valorar que lo que hay en juego es el gobierno y los problemas de su ciudad. Lo que de verdad importa son los impuestos que pagamos, cómo nos desplazamos, cómo se hace un urbanismo pensando en las personas y qué servicios básicos se le presta a los ciudadanos. Ahí temo que los partidos emergentes no están en la misma disposición en este caso que el PSOE de ofrecer una alternativa.

-¿Cómo ve la relación entre Susana Díaz y Pedro Sánchez?

-La veo bien. Dos personas con la cultura de partido y responsabilidad que tienen, tienen que tener esa relación. Ya si se llevan mejor o peor, eso forma de los gustos de cada cual. Por declaraciones, comportamiento y actitud son dos personas que entienden perfectamente el papel que tienen. Hay que dejarse de dimes y diretes y trabajar en el día a día en busca de los objetivos comunes. Cuando haya una decisión que tomar, ya votará la militancia.

-Felipe González dice ahora que hay que respaldar a Sánchez.

-Lo que tiene que hacer él como el resto de dirigentes es tener la boca calladita y dejar que cuando sean las primarias, los militantes con su voto decidan a quién apoyan como candidato a la presidencia del Gobierno si es que hay más de uno.

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