-¿Uno de los grandes retos de su Facultad es la conexión con la ciudad o con la sociedad en su conjunto?

-La Universidad y la ciudad tienen que estar conectadas. Eso no es nuevo. Hay que explicar cosas a la sociedad y que la sociedad repercuta en la Universidad con mucha riqueza. La Facultad de Bellas Artes es necesario que mantenga su relación con la sociedad y la incremente. No creo que seamos unos grandes desconocidos, pero todavía el mundo del arte, y sobre todo el arte contemporáneo, tiene que explicar a la sociedad muchas cosas que no se entienden. Nosotros no somos unos locos que pintamos y hacemos dibujitos, arreglamos cuadros y estamos alejados de la ciudad. Nosotros somos algo mucho más potente, más serio y algo que está ayudando al futuro de nuestra sociedad. Todo el bagaje cultural artístico, el diseño, la animación, las nuevas tecnologías o la imagen que están influyendo en la comunicación, en la cultura contemporánea, son parte de nuestra actividad. Incluso la restauración y la conservación del patrimonio tan importante para la sociedad en este momento es parte de nuestra actividad.

-¿La Facultad de Bellas Artes está a la altura de esta ciudad? ¿Y a la inversa?

-Totalmente. Estoy convencido de que ahora mismo Granada tiene una estructura cultural institucional tan potente o más que otras ciudades de un calibre internacional, como Berlín o París. Pero ¿por qué Granada no es Berlín? ¿Por qué no está hirviendo de cultura? Porque todas las instituciones no estamos al cien por cien coordinadas. Los esfuerzos no se están haciendo conjuntamente. La UGR, el Ayuntamiento, la Diputación, las entidades privadas importantes, están haciendo una labor cultural muy importante, pero el gran paso sería la coordinación. Un gran momento de puesta en común de cuáles son las directrices, donde hay que llevar la cultura contemporánea en esta ciudad.

-¿La materia prima existe?

-La Facultad de Bellas Artes de Granada es una de las más preparadas para el futuro. Recibimos una gran cantidad de estudiantes extranjeros que vienen a nuestra ciudad encantados por la oferta que les damos y por la experiencia que otros compañeros que han pasado por aquí se han llevado. Estamos trabajando para conseguir unos grados de calidad y una oferta que proporcione una formación, una preparación profesional cercana a las necesidades actuales. La transferencia cultural que hacemos o queremos hacer en la ciudad es bastante potente, pero queremos que sea más. A veces es difícil que la ciudad venga a La Chana a ver una exposición o una charla de gente importante. Hay que acercarlo a la ciudad.

-¿Qué le parece la propuesta para la Capitalidad Cultural y qué puede aportar Bellas Artes?

-Mi opinión particular es que este tipo de iniciativas siempre son buenas para las ciudades porque son una forma de promoción, de puesta en valor de la ciudad y un trampolín para el crecimiento y el desarrollo cultural y económico de la ciudad. Quizás Granada necesite eso, una proyección y consolidar ciertas cosas. Un impulso económico para que toda la infraestructura, tanto física, como el talante del granadino se implique con la cultura. Bellas Artes puede aportar mucho. Nosotros tenemos unos profesores, y unos grupos de investigación que están desarrollando unos trabajos de primera calidad, gente que está llevando sus trabajos a otros países y están triunfando, profesores que son conocidos a nivel internacional, restauradores de primera línea. El patrimonio granadino es enorme y es necesario que se sepa que la ciudad tiene una escuela, un centro de formación de primera línea.

-Decía que reciben a muchos estudiantes extranjeros... ¿Tienen las instalaciones adecuadas para acogerlos?

-Ningún decano está contento con lo que tiene, siempre quiere más. Pero el caso de Bellas Artes es especial. Tenemos un edificio muy bonito pero se nos ha quedado pequeño hace mucho tiempo. Los estudios de restauración están en el Palacio del Almirante en el Albaicín. Es un sitio delicioso pero tampoco es el adecuado para el crecimiento de ese grado. Necesita talleres más grandes, albergar instalaciones y gabinetes más preparados. Y en el grado de Bellas Artes tenemos una zona de pabellones prefabricados deteriorados.

-Esperan la construcción de un nuevo edificio pero la nueva rectora dice que el tiempo de poner nuevos ladrillos pasó. ¿Hay un compromiso para hacer aquí una excepción?

-No es una excepción, es un compromiso ya adquirido antes. Las obras no pudieron empezar antes de la elección de la nueva rectora por circunstancias técnicas, pero está comprometido, firmado. La nueva rectora me dijo en campaña que está por la labor de que en el primer momento que se pueda se empiece a construir. No vamos a reivindicar nada porque contamos con ello en breve.