Granada

El Centro de Lenguas Modernas pierde a la mitad de sus alumnos en una década

  • El nuevo Gobierno de la Universidad de Granada pretende dar al CLM un nuevo impulso como instrumento clave en la política de internacionalización, que es su principal objetivo

El Centro de Lenguas Modernas de la Universidad de Granada, que desde 1992 imparte cursos a estudiantes españoles y extranjeros, está trabajando en cambios y planes de promoción para remontar un declive de actividad al que ha llegado después de una década en la que ha registrado una caída en picado hasta perder la mitad de su número total de estudiantes. Sólo en el último curso perdió un 22% del alumnado matriculado el año anterior.

Las cifras de estudiantes de idiomas que se matriculan en este centro dependiente de la Universidad demuestran que la crisis o el modelo de gestión han derivado en una pérdida sustancial de actividad. Si entre 2004 y 2008 el número de alumnos superaba los 10.000 (llegando a rozar los 11.000 en 2007/08), el Centro de Lenguas Modernas (CLM) solo registró 5.388 matrículas durante el curso pasado, uno de los peores de su historia. En solo un año ha perdido 1.500 estudiantes, pues en 2013/14 todavía contaba con 6.811.

Esta pérdida de atractivo del centro universitario, que durante muchos años ha sido un referente en la ciudad para el aprendizaje de idiomas, ha llevado aparejada una serie de conflictos laborales con su personal. El CLM no está gestionado de forma directa por la Universidad, si no que es una empresa que depende de la UGR. Por eso los docentes y el personal de administración y servicios se quejan de las condiciones inferiores en las que se encuentran respecto al resto de trabajadores de la institución docente.

Siempre han lamentado los trabajadores que se haya tratado de buscar rentabilidad al centro, en lugar de prestar servicios sin estar condicionados por completo a la reversión económica. Sin embargo, el Gobierno de la UGR sostiene que este servicio es prácticamente deficitario y que se ha primado siempre la calidad a la rentabilidad porque se trata de un centro de importancia estratégica para la institución en su conjunto. El modelo de gestión, mediante una empresa que depende por completo de la UGR, se va a mantener por el momento, según confirmó la vicerrectora de Internacionalización, Dorothy Kelly.

Este momento de máximo declive en el número de estudiantes coincide con la incorporación al Gobierno de la UGR de un nuevo equipo liderado por la rectora Pilar Aranda. En su plan de acción para los próximos cuatro años los idiomas son un eje fundamental y el Centro de Lenguas Modernas una pieza importante, sobre todo de cara a la internacionalización de la UGR, que es el objetivo fundamental.

El CLM se divide en dos secciones, la de español para extranjeros y la de enseñanza de lenguas extranjeras. En los dos casos el número de alumnos ha bajado en los últimos años. De los 1.500 estudiantes que el Centro perdió en el último curso respecto al anterior, más de 1.000 fueron de la sección de lenguas extranjeras y unos 500 de la de español para alumnos de fuera que vienen a estudiar a Granada. De este modo se puede inferir que esta última modalidad aguanta algo mejor el declive que la primera, que cuenta cada vez con más competencia externa de academias y clases privadas. "Hay mucha competencia y en una época de crisis los estudiantes miran más el precio que la calidad o la variedad de los servicios", explicó la vicerrectora.

En este sentido, el Centro está trabajando para crear una oferta "más flexible", con cursos más cortos o que permitan la incorporación en distintos momentos del año, sin tener que ceñirse a la estructura de cuatrimestres.

Otras opciones con futuro pasan por las acreditaciones de idiomas de cara al mercado laboral y académico. Más allá de la obtención del B1 (imprescindible para superar los estudios de grado), la UGR potenciará que su comunidad universitaria se prepare y acredite en niveles más avanzados de lenguas extranjeras, de modo que esto les permita competir en el mercado laboral. También es importante para las relaciones académicas y de investigación que se pretenden fomentar en el personal de la UGR.

En cuanto a los cursos de español para extranjeros, la caída se ha debido, según la vicerrectora a una situación global de crisis mundial. Las dificultades económicas han provocado un descenso del número de estudiantes que vienen a estudiar mediante los programas habituales. Según la UGR, ese declive ha parado y se está estabilizando.

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