Granada

Las comparaciones son odiosas, pero...

  • El Gobierno declara el Bicentenario de Cádiz como el "mayor evento nacional" de los próximos dos años mientras el Milenio de Granada se mueve en la indefinición y debe reestructurarse tras dimitir David Aguilar

Dicen que las comparaciones son odiosas, pero es casi imposible resistir la tentación: el Gobierno central ha designado al Bicentenario de Cádiz como "el mayor evento nacional de cuantos se celebrarán en España entre julio de 2010 y verano de 2012". Ninguno le hará sombra.

Un año después, se conmemora el Milenio de la fundación del Reino de Granada y la situación, sintetizándola mucho, es ésta: hay un consorcio para gestionar su programa de actividades, ahora mismo descabezado porque el hasta ahora presidente, David Aguilar, ha dimitido. Hay también una cuestionable aportación de tres millones de euros por parte de la Junta de Andalucía para empezar a acometer cinco obras que ya estaban previstas con anterioridad. Desde luego ninguna emblemática, como el segundo puente del Carranza que se inaugurará en Cádiz.

Y en cuanto al contenido del Milenio, a los actos que se celebrarán para conmemorar la efeméride, aquí se habla de organizar algunas conferencias de rango internacional, de solicitar que el centro histórico de Granada sea declarado Patrimonio de la Humanidad -cosa que tampoco estaría garantizada- y de dedicarle un amplio espacio a la poesía.

En cambio, en la Bahía de Cádiz se celebrará una Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado, una de esas citas que se suelen marcar en rojo en los calendarios de la política internacional. En una así, por ejemplo, fue donde el Rey Juan Carlos le dijo al presidente Chávez lo de "¿Por qué no te callas?".

No es cuestión de recurrir al agravio comparativo, sino únicamente de ver unas cosas, ver otras y sacar conclusiones. Y una de ellas podría ser que el Bicentenario se ha organizado con tiempo y ganas, mientras que el Milenio parece haberse regido más por la improvisación y el capricho.

De hecho, la comisión para la conmemoración del Bicentenario de la Constitución gaditana no nació de un día para otro. La idea empezó a gestarse hace casi una década, cuando, por cierto, todavía mandaba Aznar. El apoyo de ese Ejecutivo y del que le siguió, gobernado ya por los socialistas, fue total. Y el resto de las administraciones, incluida la municipal, se sumaron sin poner pegas. En torno a algo que no era ningún capricho, sino una necesidad de primer orden, como el citado segundo puente, se fraguó el actual escenario, en el que el Gobierno aporta para el presente ejercicio 5,5 millones de euros -el 60% de ese presupuesto se destina a financiar actividades- y donde, por añadidura, están jugando un papel cada vez más importante los inversores privados, alentados por las exenciones fiscales.

También las habrá en Granada, pero la aportación del empresariado, por ahora, es sólo una hipótesis de trabajo, algo que posiblemente se llevará a la práctica pero que aún está parada porque el motor principal no arranca. Y menos ahora, cuando el consorcio es un ente que se debe redefinir: ¿Habrá que nombrar a otro presidente u optar por otra fórmula? Pronto se sabrá.

Hay un elemento más, mencionado antes de pasada. El Ayuntamiento de Granada sólo ha destinado para gastos del Milenio una partida de 20.000 euros "ampliable según la disponibilidad". Pese a que Granada sería con seguridad la ciudad más beneficiada, no lo termina de ver claro, ya sea porque el partido que la gobierna, el PP, está cada vez más en contra del Milenio, o porque en ese consorcio hay una amalgama de instituciones tal -seis diputaciones provinciales y numerosos ayuntamientos- que no tiene claro que vaya a recibir el protagonismo que le corresponde.

O, como se suele decir, el uno por el otro y la casa sin barrer.

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