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Un Raphael sinfónico y pletórico

  • El cantante de Linares repasó 36 grandes éxitos junto a la Orquesta Sinfónica de Málaga El Palacio de Deportes se rindió a su fuerza

A punto de cumplir 55 años sobre los escenarios Raphael está más de moda que nunca. Él lo sabe y sus seguidores, por lo menos los más jóvenes, también. Por eso ayer en el graderío del Palacio de Deportes de Granada hasta tres generaciones se mezclaban entre el público. Unos fueron a ver al Niño de Linares, otros al protagonista de Mi gran noche, la cinta de Alex de la Iglesia que ha llegado este mismo fin de semana a las carteleras españolas, y muchos a una de las estrellas del cartel de Sonorama. Las edades de sus seguidores son muy diferentes pero todos tienen en común su pasión por un artista que a sus 72 años sigue derrochando energía sobre el escenario, tal y como demostró anoche. 

 

Raphael salió a darlo todo en un Palacio de Deportes expectante por reencontrase con la  revisión que el artista hace de lo más conocido de su repertorio con la compañía de una orquesta. "Siempre hay que seguir avanzando. El artista tiene que seguir aprendiendo toda su vida" explicó anoche ante el público sobre esta nueva propuesta denominada Raphael Sinphónico con la que recorre estos días España. 

 

Tras una breve introducción musical, con su sempiterno uniforme negro y consciente del prodigio de seguir en la cresta de la ola, arrancó el concierto con Ahora, una auténtica declaración de intenciones: "Ahora que el tiempo ha pasado/ que he dejado de lado la competición/ veo más claro, escucho mejor/ doy gracias, por haber llegado hasta aquí. / Ahora, que han pasado los años, / intensamente vividos, exprimidos,/ sigo en forma, no estoy cansado/ y tengo decidido, retrasar el final...".

 

Acompañado en este caso por la Orquesta Sinfónica Provincial de Málaga, Raphael interpretó ayer en Granada temas tan emblemáticos como Mi gran noche, Digan lo que digan, Escándalo, Qué sabe nadie, Yo soy aquel o Como yo te amo,  piezas que brillaron en clave sinfónica. 

 

Himnos, todos ellos, incluidos en el repertorio de 36 temas cuidadosamente seleccionados y con los que el divo de Linares puso en pie a los miles de fans que siempre lo acompañan. Profesional y generoso, el artista, se mostró en estado puro ante la legión de seguidores que se ponía en pie tras cada tema. 

 

Según la organización, que corrió a cargo de los Hermanos Toro, se habían vendido prácticamente todas las entradas con las que se había acondicionado el Palacio de Deportes: más de 3.500. 

 

Rafael Martos, durante cerca de tres horas, dio lo mejor de sí bajo la batuta de Rubén Díaz, director de la Sinfónica de Málaga. Los 54 músicos y Díaz acompañarán al cantante y actor hasta diciembre en sus conciertos, concretamente hasta la actuación programada para el día 16 de ese mes en Madrid en el Barclaycard Center. Antes, el próximo sábado 28 de noviembre, recalarán en Málaga, en el Palacio de Ferias y Congresos. 

 

Junto a la orquesta, acompañado por un piano o por una guitarra, Raphael demostró la simbiosis que ha conseguido con los músicos durante la gira. Así cerró una gran noche en la que conectó con el público desde el primer tema. Sabe que a sus 72 años está en su mejor momento. "Ahora, sin remordimientos ni disculpas/ ni una mala excusa que dar para olvidar,/ la conciencia tranquila, una paz profunda,/ a mi modo he dado todo lo que soy".

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