Paso de cebra

josé Carlos Rosales

El cristal con que se mira

HACE muchos años que coincidieron en Granada los cuadros luminosos de Juan Vida y la visita de Terence Todman, embajador en España de uno de los presidentes más nefastos de la historia de EEUU, Ronald Reagan. La exposición, bajo el nombre de Iré a Santiago, tuvo lugar en el Centro Manuel de Falla. Corría el año 1983. Los intermediarios que organizaban esta visita sugirieron la retirada de algunos cuadros al suponer que su contenido (mujeres desnudas que mostraban con alegría serena su belleza más escondida) heriría la pacata conciencia de un diplomático tan carente de escrúpulos que, cuando estaba en Chile como embajador, no rehusó colaborar en la organización del golpe contra Salvador Allende. Pero las presiones nunca surtieron efecto y el Ayuntamiento de aquella época mantuvo los cuadros de Iré a Santiago en las paredes del Manuel de Falla. Aquellos años eran otros años.

Ha pasado el tiempo y Juan Vida sigue trabajando con el mismo talento y rigor que siempre le han caracterizado. En octubre iban a mostrarse sus últimos trabajos en la galería universitaria de la Madraza: sería una exposición que, titulada El cristal con que se mira, serviría para inaugurar la temporada 2013-2014. Pero la comisión encargada de aprobar la programación ha desestimado la propuesta de su directora (Inmaculada López Vílchez) sin hacer públicas las razones de esta decisión. ¿Tal vez les pareció de baja calidad? ¿Moralmente arriesgada? ¿Demasiado insumisa? La noticia del rechazo y los archivos de estas poderosas imágenes (irónicas o muy críticas) han corrido como la pólvora de correo en correo, de conversación en conversación, del estupor a la tristeza. Como bien me señala Juan Vida, el avance de la mediocridad biempensante y la pérdida progresiva de libertades indispensables nos obliga a no callar. Y más cuando la política cultural de la Universidad de Granada cuenta ya con antecedentes muy inquietantes: ante las presiones de los sectores más fundamentalistas de la ciudad, clausuró a toda prisa (en febrero de 2010) una valiosa exposición de Fernando Bayona. Ahora no se tendrá que clausurar nada, ha bastado con no programar. Supongo que existirá un acta de la reunión en la que fueron rechazadas las imágenes de El cristal con que se mira, un acta con los motivos del rechazo, con el nombre de los que votaron a favor o en contra. Estaría bien conocer dicha acta. Que, por cierto, es (o debe ser) pública.

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