ESPAÑA necesita un nuevo rumbo. Una nueva orientación. Esta es una sensación real para la inmensa mayoría de españoles.

En el área económica, creo que hay que definir unas bases sólidas que permitan un crecimiento sostenible y, por tanto, generar el empleo necesario para jóvenes y menos jóvenes. Un empleo de calidad, con derechos y dignidad. Es necesario un nuevo modelo de crecimiento que haga factible el bienestar social que sólo las políticas socialdemócratas pueden ofrecer a la sociedad sobre criterios de equidad y justicia social que son elementos básicos para la convivencia.

En el ámbito de nuestro sistema democrático, creo necesario adoptar medidas que profundicen la conexión de la ciudadanía con las instituciones: reforma electoral para mejor representatividad de los partidos, nuevas formas de participación social para fortalecer la influencia ciudadana en temas cotidianos, limitación de mandatos o reformas para la transparencia que hagan casi imposible la corrupción e impidan que quede sin castigo ejemplar cuando aparezca en la vida pública. Los bolsillos de los responsables políticos han de ser de cristal.

En el ámbito educativo, unas instituciones que preparen a los mejores profesionales que sean necesarios para la sociedad y el mercado laboral; pero es necesario un nuevo enfoque educativo que refuerce la formación ética de nuestros hijos haciendo que les repugne la corrupción tanto en la política como en la sociedad y que consiga que repudien el que se pueda progresar sin esfuerzo y sin justicia.

En el ámbito de la organización territorial, es necesario un nuevo marco que dé cabida a las diferentes maneras de sentir España. Hay que hacerlo con inteligencia, tolerancia y pluralidad. Unidos desde la diversidad. Simplificando y generando eficacia en las administraciones. Profesionalizando al máximo la función pública al servicio de todos.

España necesita un proyecto nuevo en una Europa nueva; y debe construirlo desde el inconformismo que tiene nuestra propia sociedad en relación a la actual situación de Europa y del mundo. En este ámbito nos jugamos casi todo nuestro futuro.

En el ámbito empresarial y del trabajo, España necesita hacer posible la modernización de nuestro aparato productivo y una enorme apuesta por la I+D+i que permita el regreso de jóvenes talentos fugados al extranjero estos últimos años.

Por tanto, creo que España necesita un gran cambio. Un cambio que sólo es posible desde el liderazgo. Un liderazgo fuerte que esté a la altura de nuestra ciudadanía. A la altura de los actuales desafíos. Liderazgo del que, hoy por hoy, carece la derecha política y Mariano Rajoy, ya que nada de esto forma parte de la agenda de Rajoy ni del PP. Por eso, estoy seguro que el nuevo liderazgo que necesita España, surgirá desde el socialismo más pronto que tarde. Lo veremos.