A la sombra de los olmos

José / Martínez / olmos

Impunidad en España

HACE pocas semanas, Rajoy fulminó virtualmente la capacidad de los jueces españoles para investigar los crímenes contra la humanidad cometidos fuera el territorio nacional. El proceso se desarrolló en tiempo récord y el BOE publicó tres días después de su aprobación definitiva en el Senado, la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial que limita la jurisdicción extraterritorial de los magistrados españoles.

La reforma, que satisface las presiones de países poderosos, (especialmente China), ha sido muy criticada por jueces y fiscales y por organizaciones de defensa de derechos humanos y ha obligado a archivar varias causas de justicia universal y poner en libertad a varios narcotraficantes y delincuentes internacionales.

Me pregunto si a los narcos que han debido liberar les han devuelto los alijos de droga incautados. Es un esperpento.

Ningún grupo parlamentario, salvo el PP, apoyó esa reforma y puedo asegurar que en el pleno del Congreso de los Diputados se vivieron momentos de absoluto desánimo por quienes sabíamos que Rajoy estaba dilapidando la dignidad de España ante intereses inconfesables.

Estos días nos hemos enfrentado al escandaloso y reprobable secuestro de dos centenares de niñas nigerianas. Se sospecha que se pretende comerciar con ellas en redes internacionales de prostitución e incluso en redes internacionales de tráfico de órganos para trasplantes. Este atentado a los derechos humanos, que ha generado una indignación relevante a nivel mundial, no podría ser perseguido en España tras esta vergonzante reforma.

Si el secuestrador de las niñas de Nigeria estuviera en nuestras calles no se le podría detener por ese delito ya que es impune en España porque el gobierno de Rajoy ha claudicado ante poderosos y vergonzosos intereses.

Cualquiera de esas niñas podría ser una de las nuestras, la única diferencia es que han nacido a unos miles de kilómetros de aquí.

Hay acciones de gobierno que son indignas e imperdonables de por vida y fulminar la justicia universal es una de ellas.

Indigno e imperdonable.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios