Rosa de los vientos

pilar Bensusan

Buenismo hipócrita

LA hipocresía y la mentira son dos características que siempre he aborrecido enormemente, máxime si se juega con sentimientos ajenos de dolor y sufrimiento para aparecer como adalides de un peace and love falso, artificial…, o como ha dicho Pablo Casado, del buenismo retrógrado, característico de una izquierda trasnochada y decimonónica.

Este es el caso de los alcaldes autodenominados "del cambio" -como Colau, 'El Kichi' y su novia Teresa Rodríguez, Xulio Ferreiro o Carmena y su trouppe podemita-, y el willytoledismo nacional, encabezado por los Bardem y Wyoming, que han suscrito el manifiesto No en mi nombre contra los bombardeos en Siria.

Que las guerras son absolutamente indeseables, nadie lo duda, que no debe de haber ninguna víctima inocente, cierto, pero de ninguna condición, ni creencia, ni nación… Cierto también es que el diálogo y el entendimiento mutuo son la mejor arma contra la violencia, pero si quienes asesinan vilmente no quieren dialogar, es difícil abrir caminos hacia la paz.

Y en este contexto, ¿qué alternativas proponen estos buenistas hipócritas? Ninguna, sus palabras se las lleva el viento, como las de Carmena, que propone diálogo y empatía, pero no dice ni con quién, ni cómo, ni cuándo… Como ciudadana les pido soluciones y no palabrería vacía de contenido. Por ello, les propongo a estos podemitas trasnochados que vayan a Raqqa -si es que llegan vivos- a hablar con al-Baghdadi, a ver qué les dice, si es que no les corta la cabeza antes, claro está, y si vuelven -lo que ya es difícil- con soluciones laicas -como las que ellos exigen para nuestra sociedad-, bienvenidas sean.

Menos mal que esta vez el PSOE se ha desmarcado de esta hipocresía preelectoral y ha afirmado por boca de Meritxel Batet que no es el momento de sacar la bandera del no a la guerra.

No es de extrañar que la manifestación del pasado sábado, a la que ni tan siquiera asistieron Iglesias, Errejón, Carmena o Garzón, fuese un auténtico fiasco, y haya pasado prácticamente desapercibida.

Soluciones es lo que hace falta para esta tercera guerra mundial a trozos, como la ha llamado el Papa Francisco, sin justificación alguna ni humana ni religiosa. Hollande ha propuesto la suya, Putin también, Valls quiere crear un centro para jóvenes radicalizados, para darles tratamiento y apoyo desde el principio, ya que estamos ante un problema ideológico que hay que combatir desde la raíz para promover la reinserción a largo plazo. En esto los imanes también tienen mucho que aportar, ya que, como dice el de la mezquita de San Francisco de Bilbao, estos terroristas utilizan y secuestran el nombre del Islam para cometer sus atentados, y ni tan siquiera son religiosos.

También hay que cortar toda financiación a Daesh, la venta de armas y la compra de su petróleo, y si hay que contar con Al Asad en una primera etapa, pues no quedará otro remedio. En fin, más soluciones reales y menos buenismo hipócrita.

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