Cambia, todo cambia

Alberto Matarán

Evitar un muro, construir un futuro

LAS grandes infraestructuras del transporte a alta velocidad suelen ser ajenas a la realidad que atraviesan, pues el territorio es un mero soporte que utilizan por necesidad física. Y las personas que habitan esos territorios son tratadas en el mejor de los casos como generadoras de flujos de tráfico residuales. Todavía recuerdo a José Luis Serrano contándonos aquellas primeras propuestas del ecologismo urbano granadino a finales de los años 80 del siglo XX, pidiendo que no se rompiera la relación entre la ciudad de Granada y su Vega a través de una ronda de circunvalación con un diseño desastroso. Casi 25 años después nos encontramos con una infraestructura colapsada donde las velocidades medias señalan claramente que las necesidades de movilidad motorizada se deberían haber resuelto de otro modo. Seguramente generando una variante lejana a la ciudad, y siguiendo un trazado más urbano de la circunvalación para evitar el enorme talud que hace de muralla entre Granada y su Vega.

De los errores del pasado se aprende, menos cuando se vive de esos errores. Lasgrandes constructoras siguen siendo un lobby muy potente en nuestro país. Algo que probablemente se deba a las puertas giratorias de políticos que pertenecen a sus consejos de administración, y a la presencia de sus directivos en muchas de las listas de proveedores de las cajas B de los partidos y sus dirigentes. Esta es la única explicación plausible para que 25 años después las obras públicas se sigan basando en la construcción de infraestructuras según un modelo fracasado. Un claro ejemplo de esto es el desdoble de la carretera de Córdoba hasta Pinos Puente.

En pleno siglo XXI se vuelve a plantear la construcción de una autopista que separa con un talud a una localidad de su propia Vega, aunque en el proyecto inicial aparecía elevada sobre pilotes que evitaban la destrucción de suelo agrario y hacían permeable la infraestructura. Casi descartada la posibilidad de invertir en un desdoblamiento de toda la carretera de Córdoba, aprovechando que el terreno es más llano, se hace una autovía hasta Pinos Puente, pero las salidas no responden a las necesidades de la población pinera. Otra vez construyen una carretera metropolitana pensando en un diseño interurbano irreal y alejado del territorio que ocupa. Sin embargo, ahora no es un colectivo de visionarios quien rechaza esta barbaridad, ahora es todo un pueblo y una parte importante de una provinciaquienes plantean alternativas. Algo está cambiando en la forma de ver nuestro territorio. El futuro pasa por habitantes que creen en los valores de su tierra y no en la especulación y las grandes obras.

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