DESDE hace justo cinco años trabajo en la Fundación Francisco Ayala, es decir, vivo buena parte de mi tiempo en Alcázar Genil: un doble privilegio. Ahora estoy viendo a través de la celosía de mi ventana a los colorines que dan cuenta de la estupenda cosecha de caquis que tenemos este año. Los pájaros, en representación del reino animal, y los caquis, en la del reino vegetal, son vestigios de la historia de este sitio, como los restos de arquitectura lo son del reinado del hombre. Repito con frecuencia que Alcázar Genil resume la historia de Granada, su esplendor y decadencia, su destrucción y su intento de recuperación. Desde luego la instalación en esta sede de la Fundación es un paso en el futuro.

Hace unos días visité la exposición sobre la cultura hispanomusulmana que alberga el Parque de las Ciencias. Allí se exhibe una instructiva maqueta de la ciudad de Granada en época nazarí. Quise ver cómo estaba representado el lugar donde trabajo, Alcázar Genil: no estaba, no está. Sí están, desde luego, y gracias al trabajo de tan buenos investigadores como se han ocupado de nuestro pasado, multitud de elementos de la antigua ciudad desaparecidos hace tiempo. Pero este pequeño edificio del siglo XIV, que puedo asegurar que vienen a visitar personas de las más variadas procedencias y formación cultural, esta pequeña isla sin Legado, no está en esa maqueta. Y pido perdón a quien se sienta concernido, sólo se trata de un ejemplo que aduzco por reciente.

También es verdad que ayer me reuní con un grupo de personas que asisten en Armilla a clases para adultos. Les pregunté si conocían Alcázar Genil después de haberles repartido una fotografía de hacia 1975, y me hablaron de cómo era este borde de la Vega cuando lo transitaban para servir en las faenas de la capital. Como ellas, durante estos cinco años muchas personas han venido y nos han regalado sus recuerdos. Me siento defraudado por lo poco cierto que yo les puedo decir sobre un lugar en el que ahora se cultivan la inteligencia y el conocimiento. Necesito saber mucho más sobre Alcázar Genil.