La Semana Santa de Motril, que se intensificó ayer con tres procesiones en la calle, continúa con una climatología envidiable, lo que da tranquilidad como pocos años a los hermanos de las distintas cofradías, que ayer mostraron el resultado de tantas horas de trabajo ante la avalancha ya de visitantes.

Arrancó la tarde de Jueves Santo motrileño con la Hermandad de Penitencia de Nuestro Padre Jesús de Pasión y María Santísima de la Amargura, con salida desde el Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza Coronada, a las 19 horas. Numerosas personas, todavía con la luz del sol, se congregaron en el emblemático Cerro para poder ver a su titular, Jesús con la Cruz a cuestas apoyándose en el suelo en una de sus caídas, obra del artista granadino Antonio Barbero Gor. También a la titular mariana, la Virgen de la Amargura, obra de Rafael del Río Barbero.

En segundo lugar, procesionó la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Esperanza, que tuvo su salida a las 20,30 horas de su Casa de Hermandad de la calle Cañas, después de unas jornadas de puertas abiertas en las que los hermanos han mostrado su trabajo a la ciudadanía y exhibido un altar de enseres. El Señor de Motril no defraudó y miles de fieles tampoco faltaron a la cita. Este año María Santísima de la Esperanza estrenó una nueva toca de sobremanto, regalo de la hermana y costalera Águeda Fernández.

A las doce de la noche comenzó su recorrido una de las procesiones más esperadas, la de la Cofradía de la Buena Muerte, más conocida como 'El Silencio'.