La Semana Santa escribió ayer el epílogo de esta gran obra que ha supuesto la semana de Pasión de 2017. Una jornada de Pascua que comenzó temprano y se cerró a primera hora de la tarde, tras el cambio de hace unos años para concentrar las tres salidas en horario matinal, dejando ya la tarde para el descanso y mejorando la asistencia a los cortejos al final de la semana vacacional.

La jornada comenzó a las 10:30 en el barrio de Zaidín-Vergeles. La cofradía del Señor de la Resurrección y la Virgen del Triunfo, puso al último paso de palio de la Semana Santa en las calles. El cortejo precedido con los monaguillos que van haciendo sonar las campanillas por la Resurrección, abría camino al paso de la Resurrección, acompañado con marchas eucarísticas y con gran repertorio de pasos en la cuadrilla costalera, mandada por Alberto Ortega. Señal de alegría y carácter de gozo que tiene en su advocación esta corporación nazarena. Detrás, la Virgen del Triunfo, el palio blanco de la Semana Santa, con techo de malla, que estaba este año exornado con llamativas flores amarillas, entre las que se volvían a mezclar como otros años piezas de fruta, en esta ocasión peros también amarillos.

La petalá a la Virgen del Triunfo en Marqués de Gerona ha sido la más extensa de la semana

Momento muy esperado ya por los cofrades y hermanos es el paso por Marqués de Gerona, donde se produce la 'petalá' más abundante de la Semana Santa desde uno de sus balcones, pétalos que cubrieron por completo con un tono rojizo el techo de palio y que convirtieron la calle en una auténtica alfombra floral. El palio también iba acompañado de marchas alegres y un con un paso de barrio.

Después salió desde el Sagrario la cofradía del Resucitado y la Virgen de la Alegría. Las dos imágenes en un solo paso desde hace unos años, recorrieron las calles del centro de la ciudad con un cortejo también amplio con gran cantidad de niños ya no sólo de monaguillos sino con cera en las filas. La hermandad sigue su proyecto de renovación.

Junto a las dos cofradías también el Domingo de Resurrección es día de niños. Y por eso la hermandad de la Humildad realizó ayer la salida de los tradicionales Facundillos. La imagen del Dulce Nombre de Jesús llegó desde el Realejo hasta tribuna oficial y desde allí hasta la Catedral, desde donde nuevamente partió para regresar a Santo Domingo entre el sonido inconfundible de las campanillas de barro.