Corpus

Tocata y fuga en Almanjáyar

  • Las fiestas del Corpus se despidieron anoche tras un día en el que la falta de afluencia de público dividió a los caseteros entre los que mantuvieron el tipo hasta el final y los que se retiraron antes del mediodíaEl domingo de resaca y de desmontaje enfrió a muchos caseteros, aunque otros se animaron a despedir la feria de 2010 con un almuerzo. Los columpios a mitad de precio concentraron a la mayoría de los visitantes

La feria de Granada se despidió ayer a media asta, con la mitad de las casetas abiertas y la mitad cerrada. Bueno, eso a mediodía, porque por la noche era un erial con muchas de las casetas recogidas, los empleados batiéndose en retirada y los columpios al 50% pero con poco público. Y, claro, volvió a salir la petición de la feria de sábado a sábado en vez de terminar con un domingo de resaca con el ferial levando anclas.

Miguel Ángel Fernández, socio de Llena Que Nos Vamos -una de las más ambientadas ayer a mediodía-, estaba negro. "Es una vergüenza porque ayer por la noche ya estaban desmontando la que está aquí al lado. Y esta mañana uno viene a la feria y están quitando casi todo, y las calles llenas de camiones".

En Granada, donde las fiestas del Corpus siempre han tenido una tradición más noctámbula que diurna, el último día, después de un sábado de feria en el que se va dispuesto a darlo todo, es lógico pensar que los caseteros estarán con el Espidifén y el zumo de naranja.

Otros le echan más valor al asunto y no pierden la última oportunidad. Antonia Aguilera y Adela Sánchez, otras dos socias de Llena Que Nos Vamos que ayer almorzaron con Miguel Ángel Fernández, contaban que se habían acostado esa mañana a las nueve. "Y aquí estamos".

Otro de los que eran partidarios de la feria de sábado a sábado era el presidente de La Casa de Motril, Manuel Puentedura. "Aunque han venido unas 50 o 60 personas, es un día flojo", comentaba ayer domingo después del almuerzo, cuando empezó a desmontar su caseta. "Hoy la feria está ya muy deteriorada, no tiene sentido abrir un día así".

Para él la feria de este año ha sido mucho mejor que la del año pasado. "Se están hablando mucho de la crisis, pero para nosotros, por lo menos, ha sido magnífica", cuenta el casetero.

En la de La Rural se mostraban ayer dispuestos a seguir hasta después de los fuegos artificiales. "Es el día más flojo, pero sigue habiendo gente. Estaremos aquí mientras nos sigan pidiendo. La verdad es que nosotros hemos tenido mucho público porque somos de las mejores casetas del Corpus", comentaba el encargado de la caja, Francisco Pasada, que había tenido todas las mesas llenas el domingo a mediodía.

Ciertamente, la caseta municipal, por ejemplo, tenía ayer mucho menos ambiente y a mediodía no tenía adornos. "Ya está todo el pescado vendido", comentaba una de las chicas de la caja, aunque el encargado, Manuel Luis Toro, pensaba mantenerla abierta hasta después del castillo de fuegos artificiales.

En cuanto se marchase el último cliente terminarán de desmontar las barras. Por la tarde ya habían recogido todo el género que se podía y como otros muchos empresarios del negocio itinerante de las ferias partirían hacía el Rock in Río.

Otros optaron por una decisión salomónica. Brau Fabián, encargado de la de CCOO, desmontó parte de la caseta durante el almuerzo y dejó la otra mitad. "Tenemos que dejar unos servicios mínimos porque la feria sigue hasta las doce de la noche".

Las casetas de baile estaban todas recogidas ayer a mediodía. Las lonas echadas o simplemente empaquetadas en furgonetas en dirección a la siguiente feria.

El desconcierto entre los feriantes hizo que muchos de los puestos de comida también estuvieran cerrados pero otros permanecían abiertos manteniendo la esperanza hasta el final. Dolores Heredia montó su puesto de patatas asadas dispuesta a mantenerse como los músicos de Titanic. "Esta feria la cosa ha estado fatal. Lo malo es que si no viene hoy gente tendremos que tirar mucho género".

En la zona de los columpios había bastante más ambiente. El segundo día de precios reducidos atrajo a bastante gente joven hasta el ferial, aunque los encargados de las tómbolas y los columpios también tenían opiniones distintas. Pili Laborios y su compañera en un puesto de tiro con dardo sabían que era un día flojo pero esperaban mantener el tipo cuando las horas de calor pasaran. Sin embargo, los vendedores del Top Gun estaban más contentos. "A nosotros nos va bien porque tenemos siempre mucha gente joven".

Con independencia de quién aguantase más allá de las doce de la noche, el castillo de fuegos artificiales puso fin a la feria de 2010 pero dejó en el aire las incógnitas de la duración de la feria y del traslado del recinto.

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