Al Covirán Granada se le va la temporada. El conjunto de Pablo Pin perdió el primer partido de las semifinales del play off por el ascenso y, por añadidurda, el factor cancha ante un Coruña que fue más sólido y, sobre todo, consistente durante los 40 minutos del choque.

El cuadro rojinegro no comenzó bien y no supo actuar en el último acto. Entre el final del primer cuarto y el inicio del último, los de Pablo Pin ofrecieron lucha, ganas y hasta momentos de buen baloncesto ante un rival que destiló superioridad casi siempre.

Los números de estos diez minutos hablan por sí solos: ocho puntos, la mayoría en el tiempo de la basura, casi ocho minutos sin anotar, nueve pérdidas, muchas facilidades al rival.. etc. Ante esta ‘indisposición generalizada, al cuadro visitante no le quedó más remedio que ganar. Mucho tiene que cambiar el decorado y las formas este sábado en La Coruña para que los rojinegros sigan vivos la próxima semana.

Mala puesta en escena

Tres personales y tres puntos en contra fue el balance negativo en algo más de un minuto. En el siguiente, además de no ver aro, el Covirán se vio 0-7. Ante los primeros síntomas de que el partido se podía torcer a las primeras de cambio, Pin cortó por lo sano para dar instrucciones.

Lluís Costa anotó un triple para estrenar el casillero de los locales casi tres minutos después del salto inicial. Fue un espejismo. Lo que no, la evidencia de que los gallegos anotaban con facilidad desde todas las distancias y que dominaban el rebote a ambos lados de la pista.

Una canasta de garra firmada por Germán Martínez.

Antes del ecuador del acto inaugural, el marcador era preocupante (3-15). El técnico local optó por dar entrada a Murphy e Iriarte y la ‘jugada’ se tradujo en un parcial de 7-0 que evitó que los visitantes pusieran tierra de por medio a las primeras de cambio. En esta ocasión fue a Sergio García al que le tocó pedir tiempo muerto tras comprobar que la defensa local ya no tenía la empanada inicial. Lo malo es que en la pista delantera no se anotaba con fluidez. Un 2+1 de Costa sobre la bocina dejó el marcador con un aceptable 18-23. Pudo haber sido peor.

Otro aire

Con otras maneras comenzaron los locales el siguiente acto. Concentrados en defensa y con más ideas en ataque. En un minuto y medio el marcador estaba empatado a 23. El partido ya tenía otro color. Los rojinegros movían más el balón para buscar mejores opciones y las pérdidas ya no eran tan continuadas.

Pero enfrente seguía un Coruña muy equilibrado que saber aprovechar cualquier resquicio para hacer daño (25-30, a 4’52’’ para el descanso). Aunque el Covirán remaba contracorriente, al menos la sensación era de que todo su plantel estaba metido en el encuentro. El segundo cuarto se consumió con un querer y no poder de los granadinos por acercarse a sus invitados, mucho más sueltos en los momentos de la definición. Al intermedio el decorado apenas había cambiado en lo que a los guarismos se refiere: 34-38.

Bropleh, que había cerrado el primer tiempo con un triple, abrió el segundo de igual manera. Esta vez al hubo continuidad y Bamba Fall puso a los locales por delante por primera vez en el encuentro (39-38).

Los dos equipos se instalaron en la igualdad y en un breve intercambio de canastas. Los de Pin se pusieron dos arriba tras una canasta que se fabricó Germán Martínez (41-39), pero en ese momento parece que dio vértigo y un 0-7 puso de nuevo a los locales a remar a contracorriente.

Y lo hicieron todos al compás. Con intensidad y concentración, poco a poco volvieron a ponerse a rebufo de los visitantes hasta que ‘Borto’, desde más allá de la línea de 6,75, volvió a poner al Covirán arriba (54-52, 28’). Los dos minutos restantes del tercer cuarto fueron espectaculares, con los dos contendientes entregados. A diferencia de los dos actos anteriores, en esta ocasión el Covirán acabó por delante: 59-58.

Descomposición

Tras media hora de juego, el encuentro seguía como al principio. Los últimos diez minutos prometían emoción a raudales, pero apenas la hubo.

El equipo ofreció unidad tras la derrota.

Los gallegos tomaron la iniciativa y de la mano de Dogo Peña cogieron una mínima renta que obligó a Pin a sosegar los ánimos de los suyos, que comenzaron el cuarto muy acelerados (61-65, 31’30’’).

La presión se tradujo en una sucesión de pérdidas que dio una ventaja extra al rival. Además, el Covirán cortocuircuitó en ataque, tanto que estuvieron una ‘eternidad’ sin anotar.

Pin tuvo que volver a parar el choque ante lo mal que pintaban las cosas para los suyos(61-69, a 4’10’’ del final). No sirvió para nada.