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Entrar en otra dimensión a los 33 años

Cristiano Ronaldo.

Cristiano Ronaldo. / georgi licovski / efe

Cuando muchos jugadores a su edad están ya de retirada o buscan el exilio en asentamientos más cómodos, Cristiano Ronaldo está a sus 33 años en puertas de entrar en una nueva dimensión con la conquista de su quinta Liga de Campeones.

Lo que añade mérito a su búsqueda es que la estrella del Real Madrid es un jugador de absoluta vigencia. Lleva 15 goles en la actual edición de la máxima competición continental y se convirtió en el primer futbolista en anotar en todos los partidos de la fase de grupos. Ahora sueña con ganar al Liverpool y ampliar su museo de trofeos. "Cristiano y Messi son los más consistentes, y eso los hace muy especiales", razonó ayer Jürgen Klopp.

Esa consistencia, esa perseverancia en la lucha contra el tiempo, fue lo que hizo de Cristiano Ronaldo un futbolista de época. Igual que su capacidad para rendir en los partidos más importantes. Por supuesto, le ayudó pertenecer a un club como el Real Madrid.

Cristiano Ronaldo ganó la Liga de Campeones en 2008 con el Manchester United y el año siguiente fichó por el Real Madrid. Tuvo que esperar hasta 2014 para llevarse otra corona continental y añadió nuevos éxitos en 2016 y 2017. Ahora quiere otra más, pasar de histórico a legendario. Y en activo.

Si el portugués conquista su quinta Liga de Campeones, igualaría las que tienen en toda su historia clubes como el Bayern Múnich, Barcelona o el propio Liverpool. Por delante sólo tendría al Milan, que cuenta siete, y al propio Real Madrid, que ansía la decimotercera.

"Sería un momento histórico. Estamos emocionados a nivel de equipo. Veo lo que está pasando esta semana. No tenemos consciencia de qué podemos hacer, conseguir tres seguidas. Y ganar mi quinta Champions sería la hostia", explicó esta semana.

Hace años que sus detractores anuncian su ocaso, pero éste nunca acaba de llegar. Por su parte, el futbolista portugués asegura que quiere jugar "hasta los 41 años". ¿Al mismo nivel? Nadie se atreve a ponerlo en duda a estas alturas.

Obviamente, ya no se trata del Cristiano Ronaldo que desbordaba a sus rivales en velocidad desde su banda izquierda para concluir en gol sus jugadas individuales. Se convirtió cada vez más en un delantero puro, en un artista del gol a un toque. Un ejemplo es el tanto que le hizo a la Juventus en cuartos de final con una espectacular chilena y que mereció el aplauso de la hinchada piamontesa.

De fondo permanece su contrato con el Real Madrid y sus ansias por mejorarlo. Otra vez. Y más cuando sus problemas con el fisco español pueden desembocar en el desembolso de una suma por encima de los 15 millones de euros en un juicio que permanece pendiente de sentencia.

Pero da la sensación de que club y jugador están llamados a entenderse. Ambos se necesitan: el Real Madrid, para seguir contando con un futbolista que le ayuda decisivamente a ganar trofeos; y el jugador, para seguir en un equipo que le hace más grande a nivel individual.

No será barato, desde luego, y parece algo anacrónico pagarle más de 20 millones de euros anuales a un jugador de 33 años. Pero si éste se llama Cristiano Ronaldo, lo raro sería no hacerlo. Quiere su quinta Copa de Europa, el sueño de toda una vida de prácticamente cualquier club del mundo.

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