Granada 74 | numancia · la crónica

El descuento se vuelve fatídico

  • Empate El Granada 74 se adelanta en la recta final, pero recibe el tanto del empate en el último minuto Intensidad Pese a las bajas, el equipo se muestra aguerrido en el debut de Marcos Alonso, aunque no completa la buena faena

Marcos Alonso ya sabe que ha llegado a un equipo inmerso en una dinámica que ojalá no desemboque en Segunda B, pero que sigue adoptando tintes peligrosos con el paso de las jornadas, transcurrir que no hace más que certificar un descenso paulatino del colchón de puntos que por ahora han separado el peligro de la tranquilidad. Las lesiones se han instalado definitivamente en el equipo, que ayer tuvo que defenderse con una pareja de centrales casi inéditos con el anterior entrenador. Con todo, el '74' ganó en intensidad y, aunque sin continuidad y por supuesto sin brillantez, fue capaz de crear un ramillete de ocasiones de gol suficiente como para haber tumbado al líder, que no fue fiero, pero que también, especialmente en el segundo tiempo, puso en apuros a un gran Jaime. Cuando los de Marcos hicieron lo más difícil, abrir el marcador en el tramo final del choque, apareció esa suerte que suele acompañar a los equipos enrachados y que tantos puntos le ha dado este año a los sorianos, que empataron en el 93' y se llevaron dos puntos que ellos no necesitarán para subir, pero que pueden hacerle mucho daño al cuadro rojillo.

Es lo que tiene el fútbol. Marcos aseguró en la previa que para salir de una dinámica así hacen falta varias cosas, entrega, implicación, acierto... Y suerte. Ésta le fue esquiva ayer al Granada 74, aunque sin olvidar que antes de que se produjera el empate, Pérez Riverol, un árbitro bastante malo, dejaba de pitar un penalti aparentemente claro cometido por Cristian Díaz sobre Quero.

El '74' se instaló sobre el campo con un dibujo similar al que planteaba Tapia. Viator fue la gran novedad, en lugar del lesionado Crespí. El francés, que no había tenido un buen debut, lo hizo muy bien ayer, imponiéndose en el juego aéreo y mostrándose siempre muy concentrado. También estuvieron a buen nivel los laterales, sobre todo Ruz, que se alió bien con Falcón por la derecha. Por el centro, Alberto y Gibanel se partieron la cara en la batalla física, aunque no generaron juego de ataque, pues éste casi siempre llegó con la principal característica de la etapa Tapia: los balones largos. Muchos, sobre todo en el primer tiempo, se frustraron por los continuos fueras de juego en los que incurrió el equipo, muy dudoso alguno, motivados por lo adelantada que estaba la línea defensiva numantina.

El choque fue intenso en el primer tiempo, periodo de mayor protagonismo ofensivo rojillo, sobre todo en la parte final. Los granadinos atacaron especialmente por la banda derecha, gracias a Falcón y a Ruz, mientras que se defendieron bien, pese a la movilidad entre líneas de Del Pino y de Carmelo, que obligaron a la zaga granadina a mostrarse muy atenta, con la inestimable colaboración de Alberto, que hizo de Torrecilla con eficacia, aunque sin conseguir gestionar bien las transiciones defensa-ataque. El primer ataque peligroso de los granadinos lo generó Javi Guerra con una caída a la derecha, pero el centro del malagueño se paseó sin que Gibanel lograra llegar (14'). Luego fue Luque quien probó suerte desde lejos, obligando a Jacobo a intervenir (23').

El Numancia no inquietó demasiado, aunque Assemoassa tuvo que intervenir providencialmente cuando Carmelo estaba a punto de rematar en buena posición dentro del área (34'). Llegaron las mejores ocasiones del primer tiempo en la recta final, primero con un buen pase de Gibanel a Guerra que lo dejó sólo ante Jacobo, pero su remate fue al suelo y un poco al balón, facilitando la acción del portero (44'). Y justo después, una doble ocasión en la misma jugada, primero con un disparo de Alberto desde la frontal que se estrelló en el palo y un posterior remate de Luque, al rechace, que fue despejado por Jacobo, sin que el siguiente rechace, que volvió a ser mandado al área terminara con el balón en la red.

La segunda parte fue distinta, tuvo menos intensidad por parte de ambos, aunque en cambio fue cuando llegaron los goles. Guerra probó fortuna desde la frontal nada más comenzar, aunque las acciones de peligro fueron más distantes en el tiempo, entrando además en juego un factor no visto en el primer tiempo: las ocasiones de gol del Numancia, también esporádicas, pero muy peligrosas. La primera fue de Bolo, quien casi aprovecha que el cancerbero de Valdepeñas estaba tapado para colarle el balón por su palo, pero Jaime sacó una mano providencial para despejar el peligro (61'). Dos minutos después fue Del Pino quien cabeceó fuera en una gran posición, y en el 69' Jaime volvió a intervenir para despejar una falta lanzada por Juan Carlos Moreno.

El choque estaba en un punto complicado, con un Numancia más peligroso y un '74' que veía pasar los minutos sin que diera la sensación de poder marcarle al líder. Todo pareció ponerse más negro cuando Carmelo se plantó delante de Jaime en otro mano a mano que el cancerbero resolvió con éxito (73').

Fragoso ya estaba en el campo, tras sustituir a Falcón, y también Xisco Nadal, quien en prácticamente el primer balón que tocó, asistió para el tanto de la mayúscula alegría rojilla. Su jugada fue buena en la banda izquierda, logró deshacerse de Felipe y enviar un balón al corazón del área que Fragoso remató llegando en carrera desde atrás y que Jacobo casi rozó, pero que se coló junto a su palo derecho.

Tocaba defender tan importante botín ante un equipo que ya se ve en Primera y que también se sabe depositario de esa suerte que suele acompañar a los grupos a los que todo le sale. Arconada introdujo oxígeno en su ataque con la aparición de Quero, que se mostró muy peligroso. Aunque algo forzado, Quero tiró fuera cuando estaba junto a Jaime, en una gran ocasión (83'). Después llegó la acción polémica, cuando Cristian Díaz llegó tarde y derribó al propio Quero, pero el colegiado amonestó a éste por simular.

Marcos dio la alternativa a Vinuesa, Luque lanzó una falta con veneno que obligó a lucirse a Jacobo (89') y el partido entró en el descuento.

Estaba muerto, pero un nuevo balón a la olla, tras una salida arriesgada de Jaime, fue rematado por Jaio, un central, y casi, solo casi, parado por el arquero. Vaya palo. Ojalá nadie se acuerde de esos dos puntos.

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