El Granada B consiguió un gran punto en su visita a Cartagena en un encuentro en el que logró sacar petróleo de sus escasas oportunidades. Los pupilos de Pedro Morilla supieron reponerse al mazazo que supuso el gol a los cinco minutos de Aketxe y, tras una primera mitad discreta en la que fue de menos a más, en la reanudación vio cómo su rival gozó de un buen abanico de oportunidades para sentenciar. Un gran Aarón y la zaga rojiblanca mantuvieron con vida al equipo granadino, que a falta de dos minutos igualó la contienda gracias a Juancho.
El filial rojiblanco se medía ante uno de los huesos de la categoría después de perder cuatro de los últimos cinco desplazamientos. Uno de los principales peligros que se iba a encontrar el conjunto de Pedro Morilla era la gran capacidad ofensiva de un adversario acostumbrado a marcar muchos goles. Sin embargo, los buenos propósitos con los que el Granada B comenzó el envite no tardaron en esfumarse. Y es que en la primera jugada de peligro del Cartagena llegó el gol local.
Tras el descanso, el choque tuvo muchas alternativas pero fue el 'B' el que pudo anotar
Sólo habían pasado cinco minutos de partido cuando una jugada de estrategia adelantó a los locales. Fue tras un lanzamiento de falta lateral que ejecutó Hugo y que Aketxe, ganando la posición a la zaga nazarí, peinó para que el cuero terminara en el fondo de las mallas. Trató de responder el filial con un buen disparo de Juancho desde la frontal con un derechazo que se marchó ligeramente desviado. El dominio del esférico era albinegro y los visitantes se dedicaban a contraatacar.
No obstante, cada vez que los de casa merodeaban el área sembraban el pánico en el portal de Aarón. El cancerbero tuvo que emplearse a fondo en una jugada que pudo significar el 2-0, pero el disparo dentro del área de Gaspar lo consiguió desviar atento el meta. Mientras el Granada B tenía dificultades para hilvanar jugadas, haciendo del balón parado su acción más recurrente en la primera media hora, el Cartagena volvió a disponer de una muy clara oportunidad para encarrilar el duelo. Fue en el 26' cuando Hugo, al borde del área, le pegó queriendo ajustar el cuero a la derecha de Aarón pero se marchó fuera por centímetros.
El cuarto de hora previo al descanso fue del Granada B. Poco a poco se fueron estirando los rojiblancos, que empezaron a disponer de más posesión que no llegó a traducirse en claras ocasiones. Juancho buscaba las cosquillas a la zaga local que se replegaba bien y que apenas ofrecía espacios. Justo antes del descanso, y fruto de esa intensidad que le imprimió el cuadro de Morilla en la recta final, un disparo con la zurda de David Grande no encontró, por poco, los tres palos.
Tras el descanso, el encuentro tuvo bastantes alternativas. Los visitantes tenían claro que la segunda parte del primer tiempo era el camino a seguir. Y los locales, con el viento de cara, se sintieron cómodos cediéndole el peso del partido al rival. Esto propició que el Cartagena hiciera del contraataque su mejor arma y así, a punto estuvo en más de una ocasión de lograr el segundo. Tras una buena jugada colectiva, Rubén Cruz no pudo aprovechar un servicio desde la banda de Cordero porque se topó con Aarón, que detuvo el cabezazo del atacante blanquinegro. Acto seguido, fue Hugo quien con un preciso golpeo estrelló el esférico en el palo derecho. El rechace, con todo de cara, lo mandó al limbo Aketxe.
El Granada B no le perdía la cara al choque y seguía mimando el cuero en busca de un empate que, visto lo visto, parecía complicado. Sin embargo, llegar al tramo final con únicamente un gol de desventaja animó al filial, que cuando faltaban 120 segundos para el final logró el ansiado 1-1. Un robo de balón y una veloz salida de Juancho, que encontró una autopista en conducción, terminó con el balón lejos del alcance de Marcos. Pudo haber más goles en un tiempo de descuento apasionante: primero, porque Jean Carlos la cruzó demasiado dentro del área tras un centro de David Grande. Y después, porque tras ver la segunda amarilla José González por una falta al borde del área, Hugo, con el tiempo cumplido, la quiso colocar demasiado. Punto de fe, a fin de cuentas, de los de Pedro Morilla.
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