Real Madrid-Covirán Granada | Crónica y resultado

El Covirán Granada da la cara ante el Real Madrid que se impone por puro talento (94-80)

Tavares trata de taponar al jugador del Covirán Granada David Kramer .

Tavares trata de taponar al jugador del Covirán Granada David Kramer . / ACB Photo (Madrid)

El Covirán Granada no pudo sorprender al Real Madrid, al que le bastó con su talento y la cantidad de recursos que tiene a nivel ofensivo para vencer por 94-80. Tras la victoria este sábado de Obradoiro ante Andorra, los granadinos siguen fuera del descenso gracias a su basket average pero el próximo viernes en Zaragoza están obligados a ganar si no quieren complicar aún más su permanencia en la Liga Endesa.

Pidió Pablo Pin a sus jugadores en la previa que jugaran sin complejos y en la primera mitad así lo hicieron. Una puesta en escena sin miedo en el que el técnico granadino confió durante casi los primeros siete minutos en los mismos jugadores a excepción de la entrada de Valtonen. El intercambio de triples inicial entre Musa y Kwan Cheatham, que le otorgó la única ventaja a los rojinegros del partido (5-8), dio paso al festival en la dirección de Facundo Campazzo.

Recital Campazzo

El argentino dio todo un recital de asistencias en el primer cuarto y eso que Pin le puso encima a David Kramer. Pero el talento del base permitió a los de Chus Mateo dominar aunque no estaban cómodos. Con el mismo quinteto inicial, y tan sólo la entrada de Valtonen, los granadinos hicieron mucho daño en la pintura y eso que la dupla Tavares-Poirier da miedo, como quedó demostrado cuando los exteriores penetraron viéndose obligados a sacar el balón fuera de la zona.

A 2:20 del final del primer tiempo se produjo un cuádruple cambio en la que entró Malik Dime, que cuajó su mejor partido desde su llegada. Las seis pérdidas de los blancos fueron aprovechadas por su rival para irse al primer receso tres abajo pese a una última canasta de Abalde (22-19).

El segundo cuarto arrancó con la primera canasta de Scott Bamforth pero el Real Madrid acribilló el aro visitante con tres triples seguidos por medio de Guerschon Yabusele, Abalde y Fabien Causeur, lo que obligó al cuerpo técnico granadino a parar el partido a 7:30 del descanso. Se mantuvo la segunda unidad compuesta por cinco de los fichajes que llegaron a lo largo del curso en la que destacó Dime. El pívot senegalés intimidó en defensa pero en ataque fue descarado y con un par de mates, junto a dos triples consecutivos de Jonathan Rousselle, enfadó sobremanera a Mateo, que paró el choque. El técnico madridista les dijo a sus jugadores: “Me toca las pelotas los triples”, le preguntó que cuantos puntos le iban a meter los pivots y les pidió que “dejaran de pasearse”.

Lluís Costa repartió numerosas asistencias. Lluís Costa repartió numerosas asistencias.

Lluís Costa repartió numerosas asistencias. / ACB Photo (Madrid)

Y la arenga surtió efecto. A base de mates y de sumar de tres en tres, sea con triples o 2+1, el actual campeón de Europa fue ampliando su renta. En ello tuvo mucho que ver la entrada de Sergio Llull al campo. Un parcial de 12-2 desde aquel tiempo muerto de Chus Mateo rompió el choque. A ello se sumó la falta de acierto de, entre otros, David Kramer que falló varios triples liberados. Demasiada ventaja para un equipo con un talento ofensivo impresionante y registros de todo tipo. Llull, con dos penetraciones, le dio once puntos de ventaja que se quedó al descanso en nueve tras una última canasta de Cristiano Felicio, que se fajó muy bien en la pintura (51-42). Estaba claro que para tener opciones de ganar había que defender mejor porque 51 puntos encajados eran demasiados pero es que, a día de hoy, pocos conjuntos están capacitados para frenar al cuadro blanco.

Calidad

La segunda mitad arrancó con un triple de Alberto Abalde respondida con una buen acción de Bamforth. Pero el Madrid no quiso que el Covirán se metiera en el partido. Pin le pidió tranquilidad a sus pupilos que no bajaron los brazos. Pero es que la diferencia de calidad y pausa en cada ataque era evidente. Mientras los locales anotaban con facilidad, el Covirán tenía que trabajarse mucho cada canasta. Y encima, regresó a cancha Tavares, que se plantó en la zona para generar mucho miedo. Así, poco a poco, el Madrid se fue distanciando, llegando a tener una máxima renta de diecisiete puntos (63-46) que provocó un nuevo tiempo muerto de Pin a 5:29 del final del tercer periodo.

El descenso en los porcentajes fue a más, siendo de 33% en tiros de campo, y así era imposible competir ante todo un Real Madrid. A poco más de tres minutos del final del tercer cuarto fue 20 la desventaja. Costa se dedicó a asistir sin embargo, pese a intentarlo, los rojinegros ya perdían por demasiada renta. El global al término del tercer cuarto fue de 26-15. Partido sentenciado.

Reacción

En los últimos diez minutos, un parcial de 2-13, con Pere Tomàs, Wiley, con su tercer triple del choque, y un mate de Dime de protagonistas, redujo la desventaja a once, dejando claro que no se iban a rendir tan fácil y obligando a Mateo a pedir tiempo muerto a 6:28 del final (79-68). Un triple de Bamforth permitió bajar la barrera de los diez puntos pero un último tirón de los locales terminó por cerrar el partido.

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