Guillermo del Valle | Abogado y político

"Es un delirio pensar que la idea de España es un patrimonio reaccionario o franquista"

  • El abogado Guillermo del Valle acaba de fundar el partido Izquierda Española, donde se defiende una izquierda "igualitaria, cívica, laica y antinacionalista"

Guillermo del Valle.

Guillermo del Valle. / José Ángel García

Guillermo del Valle (Madrid, 1989), abogado laboralista y reciente político, publicó el pasado año el ensayo La izquierda traicionada, donde se reflexiona acerca de un fenómeno sucedido en el flanco izquierdo del espectro político: el abandono de la política social en favor de la causa identitaria. También la connivencia de la izquierda institucional –del Gobierno de PSOE y Sumar, antes Podemos- con los nacionalismos, ideología que Guillermo del Valle considera “reaccionaria y xenófoba”. Del Valle apuesta por una reformulación de la izquierda, que debería regresar, apunta el abogado, a la defensa de la igualdad formal, de la redistribución y de los vulnerables. Para cumplir con este propósito acaba de fundar Izquierda Española. La iniciativa ya ha propiciado el debate y pretende abrir un nuevo camino izquierdo en el laberinto –tantas veces sin salida- de nuestra vida política. Guillermo del Valle pasó por Sevilla para presentar su ensayo, y nosotros aprovechamos para hablar con él.

-He leído que usted afirma que Pedro Sánchez no es de izquierdas.

La izquierda tiene que ser un significante con significado; es decir, una palabra no vacía. Una persona de izquierdas tiene que tomarse en serio algunos principios que tienen que ver con la izquierda. Por ejemplo: la igualdad, luchas por sociedades más justas, menos privilegios de origen. Cuando analizo las políticas de este Gobierno, incluso más allá de Pedro Sánchez, me encuentro con que el principio de igualdad está abandonado. 

Pedro Sánchez ha variado mucho. Quien ha seguido su trayectoria desde el principio sabe que él llega al PSOE como un liberal. Como el flanco derecho del Partido Socialista. Los virajes actuales del presidente no responden a grandes convicciones ideológicas, sino a la conveniencia del poder. En resumen: el principio de igualdad o el de solidaridad interterritorial no están bien tutelados por el Gobierno.

-Defíname qué es una persona de izquierdas.

Una persona de izquierdas es aquella que busca una sociedad de libres e iguales. El principio de emancipación humana; es decir, que todas las personas puedan desarrollar sus vidas sin que el condicionante de origen –social, económico, familiar- determine la vida futura. El 70% de la riqueza, hoy día, tiene que ver con el origen. La derecha muchas veces nos habla de la libertad individual, la de salir a la calle, esa visión ayusista, pero la libertad principalmente es que tu vida no se convierta en una gymkana por la supervivencia. Este principio de la libertad también lo hemos abandono un poco en la izquierda. Parece que defender la libertad es una cosa de derecha. Curiosísimo. La izquierda que me interesa es igualitaria, cívica, laica, antinacionalista. Yo no puedo entender que hoy la izquierda defienda que un sevillano sea un ciudadano de cuarta respecto de un vasco.

-¿Por qué esa sintonía entre la izquierda y el nacionalismo?

Es el gran expediente X (Risas). Esto es una anomalía brutal. Por un lado hay una asimilación conceptual peligrosa, que es muy específica de España: pensamos que la idea de España es un patrimonio reaccionario o franquista. Es un delirio. Como si la historia de España hubiese empezado en el franquismo. Como si el patriotismo republicano de la II República no hubiese existido.

Luego: ha habido un cortoplacismo electoral muy corrupto. Vale cualquier aritmética para que no gobierne la derecha. Esta aritmética parlamentaria, por la que se concluye que vale cualquier pacto, incluso con otras derechas, para que no gobierne la derecha… es un cóctel explosivo. Se da así una confusión ideológica enorme.

Por último, hay otro plano. Más internacional. Hablo de la deriva identitaria que dice que el Estado es un instrumento de opresión. No es así. El Estado democrático es un instrumento de soberanía. Es la única forma de garantizar los derechos frente al capitalismo transnacional –capitalismo al que le sobran los Estados-.

"Yo no puedo entender que hoy la izquierda defienda que un sevillano sea un ciudadano de cuarta respecto de un vasco"

-¿Por qué ha abandonado la izquierda su carácter materialista –política social- y ha preferido optar por lo identitario?

Porque buena parte del programa histórico de las izquierdas ha desembocado en el paisaje compartido. Muchos de los derechos que hoy disfrutamos son conquistas de las luchas obreras. Los Estados democráticos y de derecho no caen de la nada. Si uno analiza el liberalismo del XIX se da cuenta de que es un liberalismo antidemocrático. No cree en la soberanía popular. Una parte del programa histórico de las izquierdas se ha cumplido: la jornada de 40 horas, la prohibición del trabajo infantil, vacaciones remuneradas… Todo eso tiene que ver con el movimiento obrero. Pero cuando cae el Muro de Berlín parece que hay un impulso a abandonar los fundamentos ideológicos que sustentaron el socialismo. Yo no creo que esa tradición ideológica haya que repudiarla. Es útil para analizar un mundo de hoy, esos trabajadores precarios, uberizados. 

-UPyD fracasa, Ciudadanos –su vertiente socialdemócrata- también, la plataforma Libres e Iguales… ¿Qué le hace pensar que Izquierda Española tendrá su hueco en el electorado?

El nuestro es un proyecto articulado. De origen. Sabemos que el espacio no está en la transversalidad. En el centro. Nosotros contestamos al identitarismo, que rompe con lo común, y al neoliberalismo, que rompe con lo público. Hay gente que me dice que ese es un discurso trasnochado. A mi juicio todo lo contrario. Es un discurso actual: si queremos una democracia moderna no podemos aceptar, por ejemplo, que haya paraísos fiscales en la Unión Europea. No puede ser que el 5% de la población mundial pague menos impuestos sobre la riqueza y que la presión fiscal recaiga sobre las clases trabajadoras. Nosotros partimos de la izquierda igualitaria.

-Califican a su partido como un partido de derechas.

Por la incapacidad para responder a nuestras ideas. Algunos nos han llamado izquierdas pagafantas. No sé. Creo que si hay aquí una izquierda pagafantas son los que ahora están en el poder. Son ellos, con su propuesta de Estado confederal, los que habilitan las políticas más antisociales.

-¿Cuál es su modelo territorial?

Hay que revisar el modelo territorial siguiendo el bien común. Con el debate nominal no perdería ni cinco minutos. Nosotros hemos dicho que somos jacobinos. Hay que recuperar competencias esenciales para el Estado: educación, sanidad, fiscalidad. Fiscalidad es un caso clave. En Alemania y EE.UU. las regiones no compiten en IRPF. España es uno de los Estados más centrifugados del mundo. Eso perjudica la igualdad.

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