Cultura

Diarios con polvo y telarañas

The Poll Diaries. Director: Chris Kraus. País: Alemania-Austria-Estonia. Año: 2010. Duración: 134 min. Con: Edgar Selge, Paula Beer, Tambet Tuisk, Jeanette Hain, Richy Müller.

Si usted tiene billete para Gijón, festival no sólo europeo, allí tendrá la oportunidad de hartarse de buen y joven cine alemán, las propuestas de Ulrich Köhler, Valeska Grisebach, Angela Schanelec, Henner Winckler, Thomas Arslan o Christoph Hochhäusler, entre otros; si se queda en Sevilla y su festival (¡exclusivamente europeo!), para usted la Alemania audiovisual perdió el reloj alrededor de los años 80 del pasado siglo. De allí parece que han sacado The Poll Diaries, con todos los alicientes (melodrama deletreado y ahíto de postalismo fotográfico, grotescos efectos de sonido y música incidental para espectadores en coma...) de una miniserie televisiva para bajar pesadas digestiones ante los grandes relatos/pasiones que se recortan de la frondosa Historia.

The Poll Diaries, por supuesto una true story, recrea, suponemos que parcialmente y filtradas por los códigos audiovisuales arriba comentados, las memorias de la escritora y periodista alemana Oda Schaefer, cuya adolescencia estuvo marcada por un traumático y revelador regreso a la casa familiar en una Estonia en la que los tumultos revolucionarios y nacionalistas se iban a encabalgar con el arranque de la Gran Guerra. Kraus, para no complicarse la vida demasiado, regresa a aquellas fechas desde la cómoda y rentable postura acronológica (tan cara al audiovisual televisivo de hoy y siempre), que representa el pasado con los ojos y las ideologías del presente y está más preocupado por vestir de época a los sacrosantos actores que por buscar la fricción con un antes que nunca puede ser, del todo, semilla del porvenir (para entendernos: Kraus, aquí, es la versión académica y apolillada del Haneke de La cinta blanca).

Sólo queda, si acaso y en relación a nuestro primer párrafo, susurrarle a los jóvenes que queman pestañas en el festival y a los que estas películas pueden parecer no ya cine de papá, sino directamente del tatarabuelo segundo, que en Europa en general y en Centroeuropa en particular se cuecen propuestas fílmicas interesantes y enriquecedoras, sólo hace falta un poco de curiosidad y ganas para descubrirlas fuera de los canales periclitados.

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