La imagen faltante de la que habla esta sección hace curiosamente referencia a un suplemento. Se trata aquí de ese plus imaginario que la animación puede ofrecer a la representación de la realidad, ahí donde el cine de registro se ve obturado por sus límites: el hueco de lo no registrado puede así ser llenado por la pintura, el recortable o el diseño de virtualidades que ofrecen los ordenadores y demás entornos digitales.

Son entonces la espalda del tiempo (futuribles a lomos del sueño o particulares buceos en el ayer) y la fertilidad de los mundos paralelos la base nutricia de trabajos tan sugerentes como los de Margarida Rêgo (The Revolution Hunter), inmersión sensorial en una fotografía de la Revolución de los Claveles; David O'Reilly, quien en Heaven's Countryland imagina vitriólicas películas de propaganda para el régimen norcoreano; Signe Baumane y sus irreverentes y brutales películas didácticas de orientación sexual (The Beat of Sex); o  el británico Iain Gardner, quien nos hace partícipe, mediante un irrepetible viaje microscópico, de los avances en la investigación contra el cáncer que se llevan a cabo en un hospital de Glasgow.

Nuevos nombres

Una de las jóvenes más prometedoras del cine de animación que visitará nuestra ciudad será la polifacética Tess Martin, quien presentará The Lost Mariner, proyecto que nace del trabajo del famoso neurólogo inglés Oliver Sachs.