Sevilla festival de cine 2009 Dos nuevos títulos a concurso

Una heroína consumida por el deseo

  • Catherine Corsini presenta 'Partir', una trasposición a la Francia actual de las grandes novelas adúlteras del XIX protagonizada por Sergi López y Kristin Scott Thomas

Catherine Corsini quiso por fin rodar escenas de sexo y de naturaleza, y de esos dos "retos" salió Partir, una película que casi ha irritado a las feministas en Francia. Aunque de todos modos a la directora de Les ambitieux, La répétition o La nueva Eva nunca le ha interesado, dice, hacer un cine "militante", sino contar "historias especiales, extraordinarias". Lo que se propuso Corsini para este trabajo, dice ella misma, fue hacer un homenaje a la belleza de las mujeres maduras, preguntarse qué lugar ocupan éstas en la sociedad real de su país y recordar cómo la división entre ricos y pobres afecta en todas las facetas de la vida, incluida la sentimental.

Presentada ayer dentro de la Sección Oficial, la película propone una mirada a todas estas cuestiones a través de una historia de amor, la de una acomodada mujer entrada en los 40 (Kristin Scott Thomas) que redescrubre el deseo y los placeres que creía haber olvidado ya al conocer a un español (Sergi López) que siempre ha vivido a salto de mata, con pasado presidiario y a la sazón albañil contratado para hacer unas reformas en su casa. La atracción entre los dos es mutua, inmediata, violenta, y acabará sacudiendo su propio estatus social y el de su marido (interpretado por el israelí Yvan Attal), un tipo de rotundo pensamiento "patriarcal".

Definida en la rueda de prensa por una periodista como una cinta "pro-mujeres", Partir es más bien, según la matización de Corsini, que también firma el guión, un relato que "dinamita" el "esquema tradicional de la familia en Francia". "De cara a la galería los franceses muestran su cara más avanzada, pero dentro la cuestión es más complicada. Las tradiciones allí están mucho más arraigadas de lo que puede parecer", continúa la directora, convencida de que la actual crisis financiera "está afectando más a las mujeres que a los hombres, muchas de las cuales no pueden abandonar su matrimonio por dificultades económicas", aunque "por supuesto" -añade- no todas están "sometidas" a sus maridos, como ocurre en el arranque de su filme.

Suzanne, el personaje encarnado por Scott Thomas, decide pronto dejarlo todo para permitirse vivir una pasión que la devora. Para esta historia, definida por ella misma como "dura, difícil y negra", Corsini se inspiró en "los grandes amores" de la literatura, en las heroínas del adulterio y el deseo más célebres del XIX, como Madame Bovary o Ana Karenina. "Aunque a mí -precisa la cineasta- me interesaba quitarle el sentido trágico... esa concepción del amor que sólo puede acabar en suicidio".

Si esta película, que se estrena mañana en las salas de cine, propone una reflexión sobre las "convenciones sociales", el presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha hecho lo propio muy recientemente, pero a cuenta de la supuesta identidad francesa. Un debate que aparece con las elecciones regionales del país vecino a la vuelta de la esquina, y que a Corsini le parece "peligroso", porque apela al electorado de "extrema derecha", e innecesario en cualquier caso para la directora, a quien "el paro o la distribución de la riqueza", por ejemplo, le parecen cuestiones más "reales" y más "urgentes".

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