Shakira y Gerard Piqué están mezclando durante sus días de vacaciones el ocio y los compromisos, y en esta última ocasión ha tocado un viaje de trabajo. La pareja de moda se ha desplazado hasta Tierra Santa por motivos solidarios y laborales de la colombiana, quien colaborara con la fundación creada por ella misma, Pies Descalzos, y además es embajadora de buena voluntad de la ONU.

Tras haber puesto punto y final a su gira europea y a la temporada futbolística respectivamente, Shakira y Piqué comenzaron su periplo en París, donde pasaron unos días descansando. Después, la cantante tenía que cumplir con un compromiso en Israel; y nada mejor que acudir acompañada de su novio.

Nada más aterrizar, la pareja visitó el Muro de las Lamentaciones seguidos por un gran séquito de seguridad, ya que la expectación era máxima. Mientras Shakira firmaba autógrafos y se hacía fotos con sus fans, Piqué se puso la tradicional kipá para orar unos minutos poniendo su cabeza en el muro, el sitio más sagrado del judaísmo.

La artista también participó como embajadora de Unicef en una conferencia titulada Enfrentando el mañana y organizada por la fundación de Simon Peres, presidente de Israel, una iniciativa centrada en las estrategias para garantizar la protección y educación de los niños en todo el mundo. Durante la distendida charla, Shakira aseguró, en un guiño a su pareja, que le gustaría que el mundo fuera "como el Barça" para "ganar el partido contra la discriminación". Mientras, el futbolista la observaba atento desde la primera fila del auditorio.