Pasarela

Victoria de Suecia por fin dirá el ‘sí, quiero’ a Daniel Westling

  • La futura reina ha invertido mucho tiempo y esfuerzo en convencer a sus padres y al país entero de su relación con Daniel Westling, su entrenador y novio desde hace siete años

Una boda por amor. Parece estar convirtiéndose en moda en toda Europa. Al final los reyes suecos, Carlos Gustavo y Silvia, han tenido que claudicar al firme dictamen del corazón de la heredera al trono, su primogénita Victoria. Pero el camino hasta producirse el martes pasado el anuncio oficial de boda entre la futura reina de Suecia y Daniel Westling ha sido largo y posiblemente muy duro para la pareja, que no era bien vista ni en palacio ni entre los propios ciudadanos suecos.

Siete años de relación y la enérgica decisión de la princesa de no renunciar a su amor por el entrenador y propietario de una cadena de gimnasios han disipado, al menos de momento, todo tipo de dudas entre sus allegados. Pero también el país ha tenido que rendirse a la decisión de su futura reina.

Anteayer sus padres, los reyes de Suecia, daban la bienvenida a su futuro yerno “con los brazos abiertos” y lo calificaban como “un hombre humilde, decidido, responsable y listo”. “Está lleno de energía”, comentaba ante la prensa una emocionada reina Silvia, “es considerado y será un maravilloso marido para la princesa Victoria”. El rey Carlos Gustavo, por su parte, aseguraba: “Hemos llegado a conocer bastante bien en estos años a Daniel y hemos llegado a la conclusión de que es un joven muy trabajador y que se toma la vida en serio. Es por eso que nos satisface especialmente darle la bienvenida”.

El amor ha triunfado. La pareja, también dentro de palacio, recibía luego a los medios de comunicación y una sonriente Victoria de Suecia mostraba orgullosa su alianza de compromiso. No es para menos después de tantos sinsabores e incertidumbres hasta que se ha oficializado de una vez por todas su relación, que ha durado siete años.

El pasado mes de julio la princesa, de hecho, daba un paso adelante decisivo a la hora de consolidar este noviazgo: empezar una vida en común. Así, Daniel se iba a vivir a palacio junto a su amada mientras los padres de la heredera, como la prensa sueca del corazón se hizo eco, ponían el grito en el cielo.

No era la primera vez que Victoria mostraba cuán fuerte es su apuesta por el hombre que está junto a ella, al que está claro que ama profundamente. Anteriormente había desafiado a los tradicionalistas y monárquicos con solera al afirmar que nunca renunciaría a reinar por casarse con “un hombre del pueblo”, que se pueden compaginar perfectamente ambos aspectos de la vida. Como al final va a hacer.

La peculiaridad de esta boda no es moco de pavo ya que se trata de la primera heredera al trono de Suecia que se casa con un ciudadano de a pie. Aunque, a estas alturas y tras el anuncio oficial del compromiso, ya no sea tan ciudadano cualquiera puesto que el rey Carlos Gustavo XVI ha decidido otorgarle dos títulos tras el matrimonio, el de Príncipe de Suecia y duque de Östergötland.

Nadie conoce por ahora qué consecuencias tendrá esta unión en un país en el que los republicanos, con mayoría en el parlamento, están decididos a abolir la monarquía. De momento, la mayoría de los suecos se muestran felices por esta boda por amor aunque, aparte del primer ministro, ningún político ha hecho comentario alguno.

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