Balance político de 2023 en Granada

Adiós a un año de urnas, empieza el tiempo de la gestión

  • Tras un 2023 marcado por citas electorales que han 'robado' meses de gestión real en las instituciones, Granada se aferra a un año nuevo en el que se pueda hacer realidad su despegue

El PP consiguió el gobierno de Ayuntamiento y Diputación tras las elecciones de mayo.

El PP consiguió el gobierno de Ayuntamiento y Diputación tras las elecciones de mayo. / Photographerssports

Igual que hay años bisiestos cada cuatro años, también cada cuatro años toca un ejercicio electoral. Y este 2023 lo ha sido. Y nada menos que con dos citas, municipales y generales, lo que ha dejado en Granada mucha campaña electoral y poco tiempo real para la gestión. Porque entre precampañas, campañas y postcampañas, más de la mitad del año ha sido de seguir la inercia en la gestión mientras los dirigentes se afanaban en conseguir un buen resultado electoral que permitiera revalidar victorias o arrebatarlas. 

El año político comenzó muy pronto, el mismo 3 de enero, cuando Marifrán Carazo anunciaba lo que era un secreto a voces: su candidatura a la Alcaldía de Granada. Llegaba al rescate de un PP local que acababa de pasar algunos de sus peores tiempos, con la salida de Sebastián Pérez, el escándalo aún controvertido del 2+2 y el abandono final de los concejales populares del equipo de Gobierno de Granada. Llegaba para evitar que continuara la debacle con el aval bajo el brazo de Juanma Moreno. Y la receta salió bien. Las elecciones municipales se celebraron el 28 de mayo y consiguió la mayoría absoluta que le permitió arrebatar al socialista Paco Cuenca la Alcaldía que este había conseguido tras la ruptura del bipartito PP-Cs. 

En esos cuatro meses los socialistas en la capital intentaron aguantar la maquinaria de Carazo con anuncios efectistas como la gala de los Goya para Granada en 2025 que logró agarrar Cuenca para la capital; o los preparativos para el Desfile de las Fuerzas Armadas que por primera vez se celebró en Granada pero que casualmente llegó ya con un alcalde socialista anfitrión que había sido ya derrotado en las urnas y una alcaldesa electa que había conseguido su fin. Pero en Granada todavía resonaban fiascos como la pérdida de la Agencia de la Inteligencia Artificial que colaboraron seguro en el cambio de color político en la ciudad. O el harakiri que se hizo la izquierda alternativa con sus peleas internas que hicieron que se quedaran sin representación política en la Plaza del Carmen y que ni IU ni Podemos 'sumaran', por lo que tampoco hubo aliados para constituir un bloque de izquierdas dejando una corporación con solo tres grupos políticos, siendo Vox el único superviviente. 

Las elecciones municipales dejaron también el cambio en Diputación, con una victoria del PP que volvía a desalojar al PSOE de una institución que ya ha dado la segunda alternancia tras la época de Pérez. Ahora era Francis Rodríguez, presidente del partido local y alcalde de Alhendín, el que dirigiría la Diputación con la misma receta aperturista y de aires nuevos que ha imprimido al partido, al que llegó para "coser" y ha zurzido a modo 'patchwork' con los trozos que se habían desgajado con la salida en su día de Juan García Montero o la crisis de Pepe Torres y la Operación Nazarí. Finalmente, García Montero ha vuelto al partido y hasta al Ayuntamiento, como coordinador de Cultura, la que fuera su anterior Concejalía; y hasta ha hecho un homenaje a Pepe Torres con una simbólica "vuelta a casa" tras más de siete años de silencio y defenestración política. 

El caballo del Ayuntamiento y la Alhambra de fondo en imagen de archivo. El caballo del Ayuntamiento y la Alhambra de fondo en imagen de archivo.

El caballo del Ayuntamiento y la Alhambra de fondo en imagen de archivo. / G. H.

Con el partido 'arreglado', el PP tiene en este momento la fuerza de controlar el poder autonómico, provincial y local para imponer con el rodillo de la mayoría absoluta sus políticas. Pero todavía en la Plaza del Carmen faltan muchos de los anuncios que se hicieron. Porque después de las municipales llegó la campaña electoral de las generales, las formaciones de gobiernos y el paréntesis veraniego, por lo que se llegó a septiembre sin apenas medidas. Y en muchos casos se continúa ya que el PSOE les acusa de seguir la estela dejada en su gobierno y "vivir de las rentas" que consiguieron los socialistas a falta de anuncios y proyectos. Lo que sí se ha avanzado en Diputación es en contar con el presupuesto y en el Ayuntamiento se está a la espera de aprobarlo, por lo que se prorroga el actual hasta que Hacienda dé todos los vistos buenos al documento y se sigan los trámites para aprobarlo, lo que llevará seguro unos meses. 

Las cuentas de Diputación y del Ayuntamiento servirán para iniciar en 2024 la verdadera etapa de gestión de los gobiernos del PP en estas instituciones. De ver una vez ya pasada toda la resaca electoral, las medidas y decisiones que se van tomando en el día a día. En el Ayuntamiento el debate ha estado en los impuestos, con las acusaciones gobierno-oposición de subida sí o subida no de los mismos. Pero quedan cosas por solucionar para 2024 que este año han seguido sin ver la luz como los grandes contratos de limpieza y de transporte. O ver cuándo se aprueba el nuevo Plan General urbanístico que defina el modelo de futuro de ciudad o cuándo y cómo se implanta la Zona de Bajas Emisiones para reducir el tráfico y la contaminación en la ciudad. También tiene que arrancar la candidatura de la capitalidad cultural si Granada quiere tener de verdad alguna opción para 2031 y no es un mero mantenimiento pero sin esperanzas de un anuncio que se hizo hace casi una década y en el que ningún gobierno hasta ahora ha avanzado realmente en algo práctico. 

Hitos para el avance

Granada tiene que avanzar también en su cambio de modelo económico para incluir en la tecnología y en la Inteligencia Artificial un nodo de riqueza. Pasado el despropósito de la AESIA, toda la provincia se agarra al acelerador de partículas (IFMIF-Dones) que se construirá en Escúzar para ser referente mundial en la creación de energía limpia. Un proyecto en el que sí está el apoyo expreso del Gobierno central con financiación, que une también a la Junta y a las instituciones granadinas en un proyecto que por ahora no se ha visto embarrado por la política y sobre el que se mantiene, como excepción, el consenso y la unidad. En lo único, porque en el resto tarde o temprano la política ha interferido y hasta parado. 

Otro capítulo son las infraestructuras. Este año el avance más significativo ha llegado en Metro. Hace unas semanas el presidente de la Junta ponía la primera piedra de la ampliación Sur, que llevará el Metropolitano desde Armilla hasta Las Gabias pasando por Churriana. En cambio, poco avance ha habido en otros asuntos como el soterramiento de la Alta Velocidad. Sí es verdad que tanto el gobierno del PSOE en la primera mitad del año como el del PP en la segunda han trasladado la misma necesidad de la ciudad: soterramiento de vías para cerrar la cicatriz que marca la ciudad en Chana y Rosaleda. Pero desde el Gobierno no han cogido el guante y no hay claridad. Las culpas a la capital por estar inmersa en el cambio del PGOU o la financiación son las bazas para no dar concreción a un proyecto claro como sí ha ocurrido en otras capitales, lo que ha servido a Junta y Ayuntamiento, ya con el PP, a dejarles la pelota en su tejado ofreciendo un acuerdo a tres para financiar el soterramiento y poder ejecutarlo tras años de espera. Lo último que se supo era un proyecto sobre el que llegó a trabajar el gobierno de Paco Cuenca que incluía cubrir las vías pero sin un soterramiento como tal, solo en partes, lo que hizo público el PP para agarrarse a la crítica y solicitar empezar de cero. De nuevo de cero. Lo de conseguir mejores conexiones ferroviarias y aéreas tampoco ha tenido éxito este 2023 y se espera que 2024 traiga algún fruto.

Porque este nuevo año los partidos ya no tendrán la excusa del 'aterrizaje' o el estar recién llegado o conociendo las entrañas de las instituciones para hacer realidad los proyectos que tan necesarios son en Granada. Tendrán la herramienta que es el presupuesto y solo faltará la decisión política para tomar las medidas del cambio que ayude a despegar a la provincia de una vez. 

En la capital quedan asignaturas pendientes de sobra y a las ya citadas se suman la reforma de Los Cármenes, la ejecución de proyectos europeos, la materialización de los grandes proyectos del Plan Alhambra, el desarrollo del gran parque verde paralelo a la autovía, el debate sobre nueva fases del Metro o la creación de una mayor oferta cultural. En la provincia la lucha contra la despoblación, las canalizaciones de Rules, los cambios hacia una movilidad sostenible, las líneas de tren, proyectos en torno al agua para su mejor aprovechamiento o reformas de carreteras son los principales quehaceres para dar a Granada más herramientas con las que las comarcas puedan ganar en oportunidades y la provincia marque verdaderamente un rumbo que sí dirigen otras 'vecinas'. 2024 será bisiesto de nuevo. A ver si rompe la tradición y es año de despegue, si la política lo permite.

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